lunes, 19 de octubre de 2015

Elecciones 2015: ¿La ciencia no se toca?

Diego Hurtado (UNSAM)


¿Las actuales políticas de tecnología y ciencia serán sostenidas por el gobierno que resulte electo en octubre de 2015? ¿La tecnología para un país industrial es la misma que para un contexto de políticas neoliberales?

En el campo de la ciencia y la tecnología, las capacidades políticas para generar los entornos institucionales adecuados y su estabilidad, junto con formas de organización más eficaces, son una medida de lo posible y lo alcanzable. Es decir, una política de ciencia y tecnología capaz de transformar (orientar) las instituciones y organizar a los actores en función de objetivos articulados con las políticas industrial, energética, de telecomunicaciones, de salud, de defensa, etc., es una condición de posibilidad para incrementar en número y densidad los entramados público-privados capaces de mejorar el desempeño de una economía. Desde esta perspectiva, si acordamos que la Argentina de los últimos doce años pudo consensuar un proyecto de país industrial en el marco de un proyecto de democracia inclusiva, podemos concluir que el logro (y la herencia) más importante para el sector de ciencia y tecnología es institucional y organizacional. Con aciertos cruciales –como la creación del MINCyT, la política energética o los enormes esfuerzos de inversión y gestión política para impulsar núcleos estratégicos de desarrollo que, además, fueran capaces de integrar empresas nacionales–, y algunas debilidades persistentes –como la falta de coordinación entre el MINCyT con otros ministerios, como Industria, Planificación o Defensa, o los procesos de “sustitución inversa”, especialmente en el sector automotriz y de electrónica de consumo en Tierra del Fuego–, hoy es un hecho irrebatible que el Estado argentino logró poner en marcha procesos exitosos de gestión de tecnologías complejas... Artículo completo

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