PIPINAS ANTE LA HISTORIA
Fundaciones
En 1913 la creación de una estación
de ferrocarril dio inicio a un nuevo pueblo llamado Las Pipinas. Surgió en
medio de grandes latifundios ganaderos. Don Benjamin
Barreto había sido un activo propulsor de la extensión de vías, dueños de la estancia Modelo Juan Jerónimo. Este
fue invitado a bautizar las tres estaciones
nuevas. Así fue como la primera se llamo Verónica, en
homenaje a Doña Verónica Bernal, de Tornquist cuñada política de Barreto. La
segunda Monte veloz así lo llamaba al ser el medano mas alto de Juan Geronimo y
la tercera la denomino con el romántico nombre de Las PIPINAS
Las Pipinas
pertenecían a la alta sociedad de Buenos Aires dos niñitas rubias. hijas de
Raúl Dielh llamadas Sara Josefina y Josefina Dielh. Preciosas criaturas que
tenían fama de buenas y dulces. Los parientes utilizaban su diminutivo para
llamarlas “Las Pipinas” diminutivo de Las Josefinas. Así fue como se bautizo
con el nombre de las Pipinas la flamante estación, punta de riel. Estación
inglesa, construida prolijamente. Todos sus artefactos hasta el mas minino,
importado de Inglaterra. El anden de piedra lajas y el ostentoso cartel que la
designaba las Pipinas.
Desde ese momento Pipinas podría dar
salida a su producción vinculada al ganado con fuerte presencia de tambos. En
torno a la estación se levantaron galpones, algunos almacenes y lugares de
comida. La población era dispersa y casi todos los habitantes trabajaban en las
estancias. Estábamos en plena época del país agroexportador. El tren llegaba al
puerto, y de ahí nuestras materias primas partían para Europa. Allí desembarcaba
también lo que importábamos de allá. Máquinas, si, pero también ropa, zapatos,
sombreros y aún alimentos como el aceite y condimentos como la sal.
La primera guerra mundial 1914-18
asoló a Europa y cortó las rutas para exportar e importar. El país se vio
obligado a producir todo aquello que antes llegaba de afuera, iniciándose
algunas industrias. Es lo que se llamaba sustitución de importaciones y fue en
aumento a partir de la década del 30.
Entre esas industrias, surgió la del
cemento que registra diversos intentos desde fines del siglo XIX debiendo
competir con el material proveniente de Inglaterra. A veces las fábricas se
destinaban a una sola finalidad, como la construcción de diques en Córdoba
entre 1885 y 1890, luego de lo cual se cerraban. Pipinas recibió la visita de
dos pioneros Garlot y Verzini que venían desde Córdoba interesados en las
materias primas locales. La instalación de la fábrica de cemento Corcemar en
Pipinas fue el producto de un proceso de industrialización muy importante en el
país que se extenderá por varias décadas. Esa fábrica, que comienza a operar en
1938 y produce la primera bolsa de cemento en 1939 es prácticamente la
fundadora del pueblo. Con esa industria se sientan las bases edilicias de la
localidad, se construyen paralelamente la fábrica, el hotel y casas para los
obreros. Corcemar donan edificios
fundamentales como la delegación municipal,
la iglesia, un club deportivo, el cine y locales de atención médica. El
sistema implantado por la empresa proveía a los habitantes de múltiples servicios,
desde los sanitarios hasta regalos de reyes
para los chicos. Se ayudaba a quienes querían construir su casa. Todos
se sentían contenidos por la fábrica, hasta que en 1991el estado Nacional quita
el subsidio al combustible que proveía a Corcemar, poniéndola en jaque y
obligándola prácticamente a vender a su competidora, Loma Negra, radicada en Olavarría.
Neoliberalismo y "libre comercio": el
desastre
Es que al impulso industrialista de
las décadas anteriores le sucedió el sistema económico neoliberal, y no es
casual que fuera entonces cuando se produjo el cambio de dueños. Los pipinenses
atribuyen al propósito de liquidar la competencia la llegada de Loma Negra al
pueblo y su adquisición de la fábrica. Ni bien se instalaron saco el horno,
herramienta fundamental para la elaboración de cemento. Con la promesa de abrir
una fábrica de cal. Mientras
desmantelaron la fábrica se prescindió de personal y tiraron las casas
del barrio Corcemar En esa década de los 90 el mercado pasó a ser
el dueño del país, y el que dictaba las reglas que debía seguir la población.
Menos industrias, más monopolios que barrieron con todo lo que se les oponía y
menos compromiso con quienes habitaban la región..
El neoliberalismo es eso, y fue encarnado por una figura que dijo ser peronista, interesarse
por la justicia social y los derechos de los trabajadores, pero que de hecho
fue contra ellos: el presidente Carlos Menem. Él inició la venta del patrimonio
nacional, privatizó todo lo estatal, cerró y levantó ferrocarriles (entre ellos
la estación de Pipinas) y se alineó con el imperialismo extranjero.
En Pipinas, tras 10 años de media
marcha, la empresa Loma Negra cerró la fábrica y despidió a los últimos
trabajadores. Era el trágico año 2001, el del desastre del gobierno de De la Rua donde llevaba la batuta el
economista Domingo Cavallo, el mismo año de la fuga de ese presidente inepto y
de la represión sangrienta por las calles de Buenos Aires. No es casual que esa
fuera la fecha en que la desolación cayó sobre Pipinas.
Reacciones
Fueron momentos de desesperación, de
angustia, de no saber qué hacer. Angustia que no fue solo de Pipinas. En todo
el país la gente, desesperada, procuraba organizarse. Al corralito, limitación
para extraer fondos de las cuentas bancarias, se respondió con asambleas
barriales cuya finalidad pronto se extendió a otros problemas. Surgieron formas
de economía solidaria como el trueque, cuyas expresiones pronto pusieron a la Argentina a la cabeza a
nivel mundial de esa modalidad de intercambio sin fines de lucro.
En ese clima de zozobra y de
desastre los pipinenses comenzamos a organizarnos, sobresaliendo los jóvenes
como núcleo de resistencia. En la
búsqueda de una salida apareció la posibilidad de hacernos cargo del Hotel de
la empresa, abandonado. Nos organizamos como cooperativa de trabajo, otra forma
de economía solidaria. Todas esas medidas fueron posibles por el clima de
recuperación imperante en el país y la conformación de un movimiento político
que impuso principios nuevos, opuestos al paradigma neoliberal.
Riesgos
En estos años la propuesta turística
se fue ampliando gracia al nuevo calendario de feriados y la aprobación de
leyes que contemplan la actividad a nivel provincial y nacional. Pipinas fue
reconocida como Pueblo Turístico, un programa de política Publica que promueve
el Turismo de Base Comunitaria y entró
en relación con otras localidades conformando Pueblos que Laten . También Ingresó
a programas, PUIS de la Universidad Nacional
de Quilmes conformando la
Incubadora de Turismo Solidario de Base comunitaria,
aspirando a crear el Primer Hotel Escuela Cooperativo y generando un espacio de
formación del sector turístico para la región. Y los mas importante fue el equilibrio económico para la Cooperativa que se dio cuando se instalo en el pueblo, y en
la sede de la vieja fábrica un
programa aeroespacial Tronador - CONAE,
producto del impulso que la investigación científica ha adquirido en el país,
trajo clientes no turísticos al hotel cooperativo. El Tronador es parte del proyecto de soberanía Satelital Argentino
Alarma ante el regreso al pasado
El resultado de las últimas
elecciones, en especial a nivel provincial, puede poner en riesgo lo obtenido.
Si se impusiera el nefasto neoliberalismo, que victimizó y casi destruyó a la
localidad, el funcionamiento del hotel corre riesgo. También el programa aeroespacial
que es una apuesta al futuro.
Por eso es necesario luchar para garantizar
la continuidad de esos movimientos promisorios como el cooperativismo de
trabajo, el turismo de base comunitaria, el protagonismo de empresas
científicas de punta. De imponerse la derecha puede desencadenarse un nuevo
2001 que en nuestra localidad sería, sin duda, nefasto. Pero las experiencias
vividas, el haber conseguido dar vuelta un panorama desastroso deben servir de
base para asegurar la victoria del proyecto popular.
Autores: Hugo Ratier – Claudia Díaz
Grupo Nadar - Pueblos Que Laten - Cooperativa Pipinas Viva