En un artículo de Página/12 de ayer se destaca que las distribuidoras eléctricas informaron en su último balance anual que en 2009 Edesur invirtió 398,9 millones de pesos, mientras que Edenor lo hizo por 404 millones.
"Edesur, por ejemplo, concluyó ese año la ampliación de la subestación Perito Moreno que ayuda a abastecer al sudoeste de la Capital (Liniers, Villa Lugano, Mataderos, Soldati y Villa Riachuelo), incorporó una subestación móvil en Bosques para responder a la demanda creciente de Berazategui, Hudson, Gutiérrez, Bosques y Florencio Varela, renovó 123 interruptores de alta y media tensión e instaló y/o renovó 1075 kilómetros de redes, 856 transformadores y cerca de 90 mil medidores. Edenor, por su parte, incorporó 46 nuevos alimentadores en 18 subestaciones (Paso del Rey, Migueletes, Casanova, Morón y San Isidro, entre otras) y 422 centros de transformación media/baja tensión, aumentó la potencia en el resto y mejoró las redes. Esta es sólo una muestra de las obras que se realizaron en distribución. De otro modo, hubiera sido imposible hacer frente al fuerte crecimiento de la demanda que acompañó la reactivación económica durante los últimos ocho años".
Señala además que:
"Según datos del Ministerio de Planificación Federal, en 2003 el 66 por ciento de la generación eléctrica era controlado por capitales extranjeros, el 26 por ciento estaba en manos estatales y el 8 por ciento en poder de inversores privados nacionales. En 2010, en cambio, la participación extranjera quedó reducida al 32 por ciento, mientras que el Estado pasó a ser el principal jugador con el 41 por ciento y los privados locales ampliaron su porción al 27 por ciento, fundamentalmente por el ingreso de Pampa Energía (Mindlin), que controla las centrales térmicas Güemes, Loma La Lata y Piedra Buena y las hidroeléctricas Nihuiles y Diamante.
La mayor participación del Estado redundó en un incremento notable de la inversión pública. A diferencia de los privados, el capital estatal no invierte tomando en cuenta la tasa de retorno porque su objetivo no es obtener ganancias sino apuntalar el desarrollo y asegurar que los hogares tengan luz. Eso permitió una fuerte ampliación de la oferta de generación. En transporte, por su parte, la participación del capital estatal creció de 0 a 13 por ciento, los privados nacionales de 35 a 87 por ciento (aquí también por el ingreso de Pampa Energía, en este caso en Transener) y el capital extranjero, que en 2003 controlaba el 65 por ciento, se retiró. Esos datos pueden llevar a pensar que los privados locales son los que comandan la inversión en transporte, pero es el Estado el que pisa fuerte".
Si tenemos en cuenta que dada la creciente inversión del Estado argentino se está en condiciones de elevar la potencia generada de 23.280, en 2003, a 27.671 megavatios, está claro que la actual dificultad está en las distribuidoras.
Desde mi punto de vista sería más razonable que el estado genere reglas transparentes para obtener más inversión privada y que el Estado no tenga que invertir, sino que sea quien controle.
ResponderEliminarNos parece que en un sector estratégico como este no está mal cierta participación del Estado, no sólo en el control, de modo de conducir criterios de inversión. Saludos
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