En los últimos años no nos pasaba desapercibido el creciente aumento en dólares de las propiedes para vivienda, fenómeno impuslado fundamentalmente por el auge sojero y el creciente nivel de ahorro de los sectores medios altos y altos, algunos de ellos adictos a las cacerolas.
Este significativo aumento de las viviendas nos preocupaba, sobre todo pensando en la explosión de las burbujas inmobiliarias del ex primer mundo...
Ayer el nuevo enemigo Nº1 de Clarín y La Nación, Axel Kicillof, abordó este tema cuando señaló la necesidad de tener mucho cuidado con las políticas de abaratar las tasas de créditos hipotecarios sin incrementar la oferta de unidades habitacionales, ya que en ese caso se “tiende a inflar los precios”. además de que “se corre el riesgo de generar una burbuja especulativa”.
Además, como señala hoy Página/12: "En el diseño del plan, Kicillof se cuidó en comparar la situación del
crédito hipotecario en Argentina de la existente en Estados Unidos,
previo a la crisis de las “subprime”. Uno de los elementos clave que
explican la burbuja norteamericana, según describió el titular de
Política Económica ante la Presidenta, fue la desvinculación entre la
evolución del monto de créditos hipotecarios, que creció un 200 por
ciento entre 1998 y 2008, y los salarios reales, que permanecieron
estancados en el mismo período. El resultado fue que explotó la burbuja y
se ejecutaron los créditos impagables. La situación argentina es la
opuesta: una necesidad creciente de viviendas, salarios en alza y
crédito casi inexistente. El Estado aportará la pata faltante, que el
poder financiero había decidido dejar renga."
Para tener en cuenta...
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