"El conflicto está dentro del juego democrático. La Gendarmería y la
Prefectura están tomando las reglas del juego de la democracia: están
peticionando por salarios sin tener los recursos que tienen otros
trabajadores. Se están posicionando en el lugar de trabajadores. (...)
Son fuerzas a las que el Estado nacional les está pidiendo cada vez más
nuevas funciones y esto implica costos personales: movilizarse, hacer
tareas más estresantes que las anteriores. El Operativo Cinturón Sur les
exige otras habilidades. Las han cumplido bien. Los efectos son
positivos. Tal vez no fue acompañado con condiciones salariales al mismo
ritmo. (...)
Si se generan mecanismos sindicales, probablemente esto no pasaría. Pero
habría que buscar los mecanismos alternativos. En Alemania hay un
ombudsman militar. En las Fuerzas Armadas francesas, por ejemplo, hay un
comité de bienestar integrado por militares y funcionarios y se ocupa
de estas cuestiones. Y no atenta con la cadena de comando, que es un
elemento importante de estas organizaciones y que aquí, claramente,
falló. No estoy diciendo que el sindicalismo garantice nada. Pero tal
vez hay que pensar en otras instancias que equilibren la vía jerárquica.
Son problemas que existen en otros países y que no se resuelven sólo
con el sindicalismo."
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