El frío tardó en llegar al área metropolitana, zona de mayor densidad
poblacional y de consumo del país. Está culminando el otoño con una
temperatura media agradable, adelantada por José Luis Stella, del
Departamento Climatología del Servicio Meteorológico Nacional en marzo
pasado, cuando afirmó que “este otoño será más cálido y menos lluvioso
que los valores normales”. Las industrias textil y de calzados han
padecido este clima. Aunque ahora asomen los días de mucho frío con el
inicio del invierno, la actual temporada ya está jugada. Las ventas no
efectivizadas en estos meses templados no se recuperarán en próximas
semanas de bajas temperatura. La industria ya está preparando la
temporada primavera-verano. El clima desfavorable para la
comercialización de indumentaria y calzados de invierno, que
significaron una pérdida de rentabilidad, no se traduce en un reclamo
sectorial al Estado para que decrete la “Emergencia Textil” causada por
un otoño cálido. En ese pedido hasta podrían incluir el fenómeno
climático de las inundaciones por fuertes tormentas en la Ciudad y en La
Plata, que arrasaron el stock de mercadería de comercios. Los
damnificados fueron compensados con magros subsidios. Los protagonistas
del sector agropecuario tienen otra fortuna en relación con los textiles
y los de cualquier otra rama de la producción y comercio. Ellos están
en condiciones de organizar un lockout por el clima adverso, la carga
impositiva (retenciones), los precios recibidos, los costos de los
insumos y hasta porque el Gobierno no los recibe como ellos quisieran.
Lo justifican diciendo que las características de su producción son
diferentes al resto. Además, porque afirman que hacen un trabajo más
sacrificado e importante que cualquier otro tras el objetivo de la
construcción de la Patria. Por eso están convencidos, logrando la
aceptación de una parte de la población urbana –incluyendo textiles y
comerciantes– y del mundo de los políticos, que ellos son merecedores de
compensaciones por factores climáticos adversos mediante la “Emergencia
Agropecuaria”. Lo cierto es que son diferentes porque pueden invitar a
los productores a un lockout con cese de comercialización de granos y
hacienda, como el iniciado ayer hasta el miércoles, sin perder plata.
Ninguna otra actividad económica está en condiciones financieras tan
holgadas y con modos de producción tan favorables para poder postergar
ventas.
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