En los últimos días desde Canadá, España y Suiza la realidad nos escupe que los accidentes ferroviarios no son patrimonio de la tan cacareada "corrupción K". En los tan amados proyectos conservadores los trenes también se salen de los rieles, cuando no chocan de frente...
Pero lo que nos resulta llamativo del último accidente ocurrido en la chocolatada Suiza es la deformación de los vagones tras la colisión. Según los sabelotodos de la oposición fracasada, las deformaciones del Sarmiento eran producto de la corrupción que limaba el espesor de la estructura haciéndola casi de papel. Como podemos ver en la foto en Suiza los vagones no serán de papel, pero siguiendo esa misma lógica, serán de chocolate amargo?
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