Ayer escuchábamos al radical Ernesto Sanz comentar que el chantaje de la minera Vale se debía a "la inflación". Tema recurrenete en el arco opositor, que lo llevó a Macri a aumentar tarifas e impuestos en su nombre.
Cuando le preguntaron a Sanz por el origen de "la inflación", salió con el tradicional alrgumento de "la maquinita de emisión monetaria" para "financiar un gasto descontrolado".
Lo que no dijo Sanz es que entonces su estrategia ( y la de todos los opositores) para combatir "la inflación" sería reducir "el gasto", es decir la inversión pública. Es decir lo que publica este diario vasco:
"De los 1.132,5 millones menos que el
Gobierno de Lakua (gobierno de la Comunidad Autónoma Vasca) ha presupuestado este año con respecto a 2012, 711,5
millones corresponden al gasto que el propio Ejecutivo define como
«social». Es decir, la mayor parte del recorte, un 62,58%, se produce en
los Departamentos de Educación, Sanidad y Protección Social, aunque
proporcionalmente caigan menos que otros."
Qué duda podemos tener de Sanz si para él la asignación universal por hijo se escurre por la alcantarilla de la droga y el juego, no?
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