sábado, 25 de agosto de 2012

Marcos Aguinis


"Nadie aclara cómo la prensa “libre” favorecida por el 90 por ciento de la pauta publicitaria privada que es, a su vez, el 90 por ciento o más de la pauta total, está silenciada. Porque esos medios son los que han realizado la campaña contra el Vatayón Militante y contra La Cámpora, contra la estatización de Ciccone, son los que publican panfletos como el del ex secretario de Cultura Marcos Aguinis y los que dan entidad a las expresiones de histeria política que son imposibles de constatar en la realidad. No hubo ninguna medida contra esos medios. Son y serán criticados (como es normal que suceda con cualquier medio de cualquier signo político), pero no fueron perseguidos ni silenciados y seguirán su actividad por muchos años.
Hasta resulta gracioso que el escritor que fue asesor del ex presidente De la Rúa acuse a los militantes sociales kirchneristas de ser peores que los nazis porque “al menos –escribió– los nazis tenían una ideología, en tanto que los kirchneristas lo hacen sólo por dinero”. Gracioso, si no fuera patético, porque De la Rúa fue responsable de una política represiva que produjo decenas de muertos entre la militancia social como la que cuestiona Aguinis. Una militancia que resistió las políticas neoliberales de los años ’90 que respaldó Aguinis. Pero además, Aguinis fue secretario de Cultura durante once meses en el gobierno de Raúl Alfonsín. No hizo nada que valga la pena destacar. Pasó por el cargo sin pena ni gloria. Pero por esos mínimos once meses se hizo acreedor de una jubilación de privilegio que no tuvo vergüenza en cobrar. Aguinis es un hombre de derecha y no tiene autoridad para calificar de ser “peores que los nazis” a militantes que participaron en la resistencia contra el neoliberalismo de los años ’90 que destruyó al país y que fue apoyado por Aguinis, que nunca fue perseguido y, por el contrario, se benefició materialmente por su actividad pública con una inmerecida jubilación de privilegio. El hombre incluso defendió su derecho a cobrarla. Más aún, en esa época se dijo que había sido apartado del cargo por su inoperancia y por haber usado los vehículos oficiales para actividades personales. El dicho popular asienta que el ladrón piensa que los demás son como él. Es una metáfora, pero alguien que después de pasar once meses en la administración pública piensa que tiene derecho a una jubilación de privilegio, es lógico que suponga que los demás son como él. A una persona así ni se le pasa por la cabeza que pueda haber una militancia desinteresada." ( Luis Bruschtein, Página/12)

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