martes, 13 de noviembre de 2012

El programa económico del 8N

Por Ricardo Aronskind *

La derecha argentina tiene un programa, que no hace explícito, pero que aparece en todas y cada una de sus declaraciones. Hemos realizado una recopilación de los puntos que permanentemente aparecen en el discurso de economistas, medios de comunicación y empresarios de derecha. Cuando se agrupan todas esas demandas aparece un cuadro dantesco, desconocido por la mayoría de los argentinos, y de los caceroleros. Ahora se entiende más por qué el núcleo social más hostil al Gobierno no hace pública su propuesta. De implementarse ese inconfesable programa, la vuelta al 2001-2002 sería inevitable. Vale la pena que todos sepamos qué cosas están en juego en el país y qué futuro le espera al país de darse una restauración neoliberal.

1. Libertad cambiaria

2. Libertad de precios

3. Libertad comercial

4. Eliminación de las distorsiones impositivas

5. Reducción de la carga fiscal

6. Reducción del gasto público

7. Reducción de la inflación

8. Arreglo con los acreedores externos

9. Acuerdos de libre comercio

10. Creación de clima de negocios

Traducción al castellano:

1. Venta libre de dólares baratos por parte del Estado hasta agotar las reservas, para todo uso. Resultado: incremento de la fuga de capitales provenientes de la evasión impositiva. Reaparición de la especulación cambiaria como actividad central de la economía. Si se terminan las reservas, megadevaluación y aumento generalizado de precios, con brusca caída salarial y aumento del desempleo. Enriquecimiento de los tenedores de dólares y empobrecimiento del país.

2. Eliminación de todo tipo de regulación, indicación o presión oficial para contener el alza de los precios. Resultado: alza generalizada de precios, por las dudas, y porque “todo sube”. Contracción de la demanda y de la actividad económica. Quiebra de pequeñas empresas.

3. Eliminación de toda restricción a las importaciones. Tiene que entrar de todo, incluidos productos suntuarios, para el sector ABC1. Apertura importadora “al mundo”. Resultado: si no alcanzan los dólares para importar productos imprescindibles, e insumos para la producción, o se reduce la producción, generando una recesión, o hay que pedir préstamos en el exterior. Comienza nuevamente el endeudamiento externo.

4. Reducción o eliminación de las retenciones. Eliminación del impuesto al cheque. Resultado: desfinanciamiento del Estado y ultra-rentabilidad para el sector agrario exportador. Si le faltan recursos al Estado, que reduzca el gasto público. Si eso genera recesión y desempleo, mejor, porque eso tranquiliza las presiones salariales. Mejoramiento del “clima de negocios”.

5. Bajar los impuestos a las ganancias, a la renta presunta, a los bienes personales y a la propiedad inmobiliaria. Resultado: más riqueza en manos de los ricos, menos ingresos para el Estado y, por lo tanto, menos capacidad de hacer políticas públicas. Si quiere seguir gastando, el Estado tendrá que pedir préstamos externos. Para conseguir esos préstamos, tendrá que arreglar con los fondos buitre y el Club de París. Los desembolsos que exigen reducirán fuertemente las reservas del Banco Central y volverán al Gobierno fácilmente presionable por los sectores financieros. Mejoramiento del “clima de negocios”.

6. Reducción del gasto público: corte drástico de subsidios a la energía y el transporte; reducción de los planes de obras públicas; congelamiento de las asignaciones universales por hijo y las jubilaciones. Despido de personal del Estado nacional, provincial y municipal. Resultado: brusco incremento de la pobreza, la indigencia y el desempleo. Fuerte aumento de la conflictividad social y la violencia. Contracción del mercado interno. Quiebras en el sector productivo y en la comercialización. Mejoramiento del “clima de negocios”.

7. Corte del crédito a la producción y el consumo y de la expansión monetaria. Incremento de la tasa de interés doméstica. Resultado: drástico desfinanciamiento del sector productivo y comercial. Caída de las ventas y contracción de la actividad económica. Recesión e incremento del desempleo. Se reduce modestamente, pero continúa, el aumento de precios. Mejoramiento del “clima de negocios”.

8. Se aceptan plenamente todos los reclamos de los acreedores del país, en las condiciones y plazos que establezcan. Resultado: drástica reducción de las reservas y estallido de corridas cambiarias y bancarias. Se vende el resto de las reservas sin poder frenar las corridas. Cierre y caída de bancos. Colapso de la actividad económica. Argentina es elogiada “en el mundo”. Devuelven la Fragata Libertad. Mejoramiento del “clima de negocios”.

9. Argentina firma un tratado de libre comercio unilateral con Estados Unidos, otro con la Unión Europea y otro con China. Resultado: desaparición de la industria nacional e incremento de la desocupación estructural al 30 por ciento de la población. Flexibilización laboral extrema para el resto. Se deteriora dramáticamente la seguridad en las grandes ciudades. Aumenta el gasto en seguridad privada. En los shoppings se consigue “de todo”. Argentina es elogiada “en el mundo”. Mejoramiento del “clima de negocios”.

10. El Gobierno acepta todas las peticiones de los empresarios locales y externos y de los organismos financieros internacionales. Desmantela los organismos de regulación y control y recibe sin condiciones toda inversión en el país. Elimina la restricción a la compra de tierras por parte de extranjeros. Libre remisión de utilidades. Resultado: incremento exponencial del lavado de dinero proveniente de actividades criminales de todo el planeta. Ingreso masivo de capital especulativo, que sirve para financiar la fuga de capitales y las remesas de utilidades del capital extranjero. Si algún dólar queda, sirve para incrementar el valor de la moneda local, favoreciendo las importaciones y deteriorando la capacidad exportadora. Inversión de firmas multinacionales en recursos naturales, que son exportados en bruto al resto del planeta. Argentina es elogiada “en el mundo”. Mejoramiento del “clima de negocios”.

* Economista, UNGS-UBA.
Página/12

No hay comentarios:

Publicar un comentario