¿Y para qué vivir, si ya no tienes fe en tu hermano, al que no amas ya? ¡Ya no me digas que se siente! Si no se cambia hoy, no se cambia más... Y tus hijos sabrán, que vendiste tu amor... L. A. Spinetta
jueves, 22 de agosto de 2013
Subte A
Viajando como sardinas enlatadas en el nuevo subte A, comenzamos a recordar con cariño a los viejos y queridos vagones de madera. Y mientras puteaba porque el aire acondicionado no era puesto en funcionamiento normal para tamaña cantidad de gente, me preguntaba qué sería de esos históricos rodados que el gobierno de la Ciudad se había comprometido a custodiar y restaurar.
Así nos enteramos que unos 80 de esos vagones estaban en estado de abandono en un predio en Villa Soldati. Depredados por el hombre algunos y por efecto de la naturaleza otros, el patrimonio histórico de la ciudad sufre, como tantas cuestiones porteñas, los efectos prácticos de estas alegres mentes posmodernas.
A nadie en el Gobierno de la Ciudad se le ocurrió que estaría buena Buenos Aires con algunas formaciones restauradas que pudieran circular cuanto menos los fines de semana, con un objetivo turístico? O acaso no son tan buen negocio como los viejos adoquines?
Así están las cosas...
Y ya que hablamos del Subte A, sería bueno que Macri y su gente sume formaciones a las ya compradas y entregadas por el Gobierno Nacional porque las frecuencias ahora son lamentables, hay mucha gente viajando y si finalmente deciden poner operativas las dos nuevas estaciones (Flores y Nazca), que prácticamente fueron terminadas durante el gobierno de Telerman, habrá muchos que se quedarán a vivir en los andenes añorando cuando de subían a los nobles y ruidosos trencitos de madera que te llevaban a destino sin preocuparte por si estará encendido o no el aire acondicionado a la hora del apretuje...
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