Estas acciones, con mirada de país chiquito y dependiente, están en sintonía con políticos que al estilo Sanz desean el fracaso del gobierno, y por lo tanto de la sociedad argentina, para tener chance de sentanserse en la Casa Rosada, aunque más no sea por unos pocos meses antes de una nueva hecatombe.
El cinismo de estas movidas amientalistas, que suman a los amantes de las nobles causas, quedó en estos días reflejado en lo que sucedió en Ecuador cuando:
"El presidente de Ecuador, Rafael Correa, anunció ayer
la suspensión de la iniciativa ambientalista Yasuní ITT por falta de
aportes internacionales. La propuesta buscaba dejar bajo tierra
amazónica una enorme reserva de petróleo a cambio de apoyo económico de
la comunidad internacional, pero, según anunció el propio mandatario,
ese aporte no se concretó.
“Con profunda tristeza, pero también con absoluta responsabilidad
con nuestro pueblo y nuestra historia, he tenido que tomar una de las
decisiones más difíciles de todo mi gobierno. He firmado hoy el decreto
para la liquidación de los fideicomisos Yasuní ITT”, dijo Correa en
cadena nacional. La decisión provocó la reacción de los ambientalistas,
que se manifestaron fuera del Palacio de Carandelet." Leer más Reclamar responsabilidades a empresas y gobiernos para el desarrollo de actividades extractivas en las mejores condicinones posibles, respecto a los avances científico-tecnológicos, es una posición que consideramos mucho más madura que el ambientalismo naif y cínco, ya que ninguno de ellos aceptaría volver a la Edad de Piedra, suponiendo que por entonces el hombre hubiera sido muy ecologista...
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