Mientras en el tercer piso del Euro Building las presidentas Cristina Kirchner y Dilma Rousseff departían sobre la relación estratégica bilateral y regional, un empresario de Embraer repasaba en su iPad los negocios realizados y frustrados con ambos países. “Acabamos de entregar el último de los veinte aviones para Austral”, contó. De inmediato, comentó que la venta de seis o siete aviones para Aerolíneas Argentinas se postergó porque “nos dijeron que un convenio laboral de los pilotos no preveía el cambio de sistema y por eso en lugar de renovar esas naves a partir de 2011 se pasó al 2013. No entendemos mucho”.
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