martes, 11 de agosto de 2015

Talleres clandestinos, trabajo esclavo y ciudad

 Pasaron más de nueve años desde el incendio del taller clandestino
instalado en la calle Luis Viale 1269, y poco más de tres meses desde el
incendio en Páez al 2700 en el que murieron Rodrigo y Rolando Mur
Menchaca, dos niños de 7 y 10 años. Desde entonces, el gobierno nacional
a través de la AFIP y desde el Ministerio de Trabajo se han ocupado de
hacer allanamientos en propiedades devenidas en talleres clandestinos.
Una tarea que el Gobierno de la Ciudad se excusa de hacer argumentando
que “en los talleres clandestinos se enojan cuando se los clausura”,
como señaló el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, desconociendo
(?) la responsabilidad que le cabe. Así todo, los incendios siguieron.
El mismo flamante jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, mintió al
decir que “sin orden de la Justicia, la Ciudad no puede hacer nada”,
cuando en realidad tiene poder de policía... La ciudad de la esclavitud explícita –

lunes, 3 de agosto de 2015

Un boom rural que no fue sólo soja

La producción de los granos tradicionales, soja, maíz, girasol y cebada, tuvo un incremento de 57 por ciento entre las cosechas de 2003 y 2014. El país pasó de generar 65.252.933 a 102.441.789 toneladas para la cosecha 2013/2014. Este crecimiento puede explicarse tanto por un incremento del área sembrada de 22 por ciento como del mayor rendimiento por hectárea que tuvo una suba de 28 por ciento. Si bien la expansión de la frontera agropecuaria es asociada casi exclusivamente con el avance de la soja, el área sembrada para las producciones de las economías regionales fue mayor, con un promedio de 52 por ciento. De hecho, el total de las producciones tradicionales redujo su participación en el total cosechado en un 0,5 por ciento. Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe concentraron el 86,7 por ciento de la producción de granos tradicionales.

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domingo, 26 de julio de 2015

Integración: lo que ciertos círculos uruguayos y paraguayos no cuentan

Por Juan Notaro Presidente ejecutivo de Fonplata
La integración regional, ese añorado objetivo latinoamericano, no ha sido fácil de alcanzar, y cuando parece que los pasos para concretar avances definitorios se acercan, luego se desvanecen por impedimentos políticos, burocráticos, o por el simple y llano juego de intereses nacionales. No hay proceso de integración perfecto, y sino miremos hacia el Mediterráneo, donde la crisis griega ha sido el más reciente cuestionador de la integración europea. Uno de los instrumentos más efectivos y dinámicos para lograr la integración efectiva ha demostrado ser el apoyo a los países con mayores limitaciones estructurales respecto a los más avanzados. Trabajo a diario con países de dimensiones y grados de desarrollo relativo muy diferentes, como es el caso de Argentina y Brasil por un lado, y Bolivia, Paraguay y Uruguay por otro, en lo que conforma un mecanismo financiero propio para el desarrollo y la integración subregional, llamado FONPLATA. Y quizás no es muy sabido, salvo en círculos financieros de la región, que nuestros préstamos a Bolivia, Paraguay y Uruguay -la parte sustantiva de nuestra cartera anual de 300 millones de dólares- se realizan a tasas de interés preferenciales, bastante más reducidas que las aplicadas a Brasil y Argentina. Es un mecanismo solidario acordado entre los cinco países y reforzado por el hecho de que quienes más capital aportan a FONPLATA (el 66%) son los dos países más grandes. Esto se realiza con el objetivo de compensar desigualdades en el desarrollo relativo de los países de la subregión y favorecer la integración y la cohesión social, especialmente en las regiones de frontera. Paralelamente, y persiguiendo el objetivo común de reducir asimetrías estructurales entre sus países miembros, Mercosur en 2006 creó un Fondo de Compensación Estructural: FOCEM, que en los últimos 10 años ha aportado más de 1.000 millones de dólares no reembolsables con esa finalidad en la subregión. Salvando las distancias, este es un mecanismo compensatorio similar al que se puso en práctica en la Unión Europea y que permitió que la infraestructura de países como España floreciera al punto de que la red vial española de hoy no tiene nada que envidiarle a la alemana. En todo caso -y a diferencia del caso europeo-, los países menores del Mercosur no son necesariamente los más pobres y, adicionalmente, las regiones más pobres también se encuentran en los países de mayor tamaño o en zonas de frontera. Con el ingreso de Venezuela en el Mercosur, el FOCEM -que en la última reunión de presidentes de Mercosur en el mes de julio fue renovado por 10 años más- cuenta con un aporte de 127 millones de dólares por año: 70 provenientes de Brasil, 27 de Argentina, 27 de Venezuela, 2 de Uruguay y 1 de Paraguay. Del ingreso anual, Paraguay obtiene un usufructo del 44% de los recursos y Uruguay un 29%; en tanto que Argentina, Brasil y Venezuela, un 9% cada uno. La dimensión geográfica de este bloque económico continental, al que ya prácticamente está sumado Bolivia como miembro pleno, y sus requerimientos de inversión en infraestructura, son ampliamente superiores a los que hoy pueden atender juntas todas las instituciones financieras internacionales. Según el Banco Mundial, por cada dólar invertido en infraestructura en nuestra región, los asiáticos invierten cuatro. Mientras el debate de cómo superar esa brecha prosigue, no nos podemos quedar cruzados de brazos. Si, por el contrario, continuamos reduciendo las asimetrías estructurales en aquellas áreas geográficas menos favorecidas, donde las inversiones de mediano porte en infraestructura de transporte, comunicaciones, productiva o social, alcanzan un impacto multiplicador por la inclusión económica y social que generan, la integración tendrá un valor real. Así, la integración regional implica una alternativa donde todos ganan: los países pequeños, los grandes y, al final del día, juntos crean más oportunidades para todos los ciudadanos donde ellos se encuentren.

domingo, 14 de junio de 2015

Uruguay: otra mirada desde el FA sobre el Mercosur y los tratados de libre comercio

Opinión del diputado por el MPP Daniel Caggiani


El debate sobre la integración regional de Uruguay es parte relevante en una reflexión más amplia y profunda acerca de la agenda del desarrollo sustentable y con justicia social para nuestro país. Tal como lo expresa el programa de gobierno del Frente Amplio, “la inserción del Uruguay en el Mundo será impulsada desde la plataforma Mercosur”. En ese sentido,el Mercosur está planteado como proceso de integración regional prioritario para Uruguay, en el cual se encuentra inmerso junto a socios comerciales relevantes como Brasil, Venezuela y Argentina.
Desde el punto de vista comercial, los últimos años han sido testigos de la mayor ampliación en la historia de mercados hacia los cuales Uruguay exporta bienes y trabajo. Y algo similar puede decirse sobre los niveles de captación de Inversión Extranjera Directa registrados en este período. En 2014 se volvió a superar el record de exportaciones, tanto si se incluyen o no las ventas realizadas hacia las Zonas Francas.
Sin dudas que los procesos de integración regional en los cuales Uruguay participa son perfectibles y deben ser re-adecuados a un contexto nuevo desde el punto de vista geopolítico, comercial y económico. Sobre todo el Mercosur, como plataforma del relacionamiento e inserción internacional de nuestro país. Pero no perdamos de vista que el Mercosur como enfoque, viene siendo el mejor arreglo institucional que tenemos para el relacionamiento con la región en general y con Argentina y Brasil en particular. Los países no se mudan de vecindario.
Antes de plantear cualquier reacomodo es necesario conocer y estudiar a fondo el contexto en el cual nos movemos. De los 6 principales socios comerciales de Uruguay, tres están en el Mercosur. El Mercosur tiene una extensión territorial cercana a los 13 millones Km2 y alberga casi el 70% de la población sudamericana, con más de 275 millones de habitantes. Se extiende desde el Caribe hasta el Atlántico Sur. En materia económica se constituye como el cuarto bloque mundial en importancia y volumen de negocios. Es considerado por los organismos internacionales como una potencia económica cuyo PBI representa más del 80% del total de la producción de Sudamérica, situado en más de 4,50 billones de dólares, cifra que como bloque lo ubica como la quinta economía a nivel mundial. Sin duda, es el principal bloque económico mundial en materia de producción de alimentos.
La apuesta a la integración regional como eje de la inserción internacional del país no se restringe únicamente a la evolución del comercio exterior, por más que esta sea una variable de extrema relevancia. Es importante reconocer que el Mercosur se encuentra inmerso en un proceso de readecuación, con ingresos de nuevos miembros, con disposiciones que procuran atenuar las grandes diferencias de dimensiones económicas y territoriales dentro del bloque (como el Fondo de Convergencia Estructural del Mercosur - FOCEM) y con la compleja incorporación de dimensiones más profundas de integración en la institucionalidad regional (Parlamento del Mercosur, Instituto Social del Mercosur, etc.). Los avances pendientes no solamente están supeditados a discusiones y acuerdos a nivel regional. Por el contrario, los principales ejes de discusión a resolver se encuentran a nivel interno, de cada país, en función de las condiciones específicas que cada sociedad tiene en sus sectores económicos y políticos. Entendemos que aún está pendiente una comprensión cabal de la etapa de la integración sudamericana, en el marco de debates amplios con la diversidad de actores sociales en nuestros países. Es necesario reconocer que en muchos casos sobra retórica integracionista y faltan compromisos concretos de hacer avanzar este planteo estratégico.
En lo que respecta a nuestro propio proceso de discusión, el Congreso del Frente Amplio debatió y consensuó que la política exterior deberá “buscar y promover la integración social y económica de los Estados latinoamericanos”. Además, “la propuesta programática del Frente Amplio busca desarrollar una política exterior que tenga como objetivo una proyección internacional del Uruguay priorizando la integración regional para su inserción en el mundo”.
En ese marco, es equivocado confrontar a esta visión acordada por el conjunto del FA, la superación (o la “flexibilización”) del Mercosur por la vía de acuerdos de libre comercio extra regionales. La realidad es más compleja que tomar ambos caminos como contrapuestos y excluyentes. Por el contrario, la superación del estancamiento del proceso de integración regional será consecuencia de la acción política destinada a consolidar un espacio de cooperación y convergencia regionales. Solo allí es posible ubicar el “proyecto de desarrollo integral e integrador” que propuso el FA a la ciudadanía que lo acompañó mayoritariamente en las urnas.
Los Tratados de Libre Comercio no son ninguna panacea, y suponen en múltiples casos, riesgos para sectores sensibles de nuestra economía. Tener un TLC con otro país no supone tener acceso inmediato y libre para la colocación de nuestros productos. Si se toma como ejemplo el Tratado de Libre Comercio que Uruguay tiene con México, las negociaciones para ingresar carne ovina sin hueso duraron más de dos años y se concretó la primera venta en junio de 2013 (el TLC está vigente desde julio de 2004).
Según el Informe de Uruguay XXI sobre México (julio 2014), “Las exportaciones se concentran principalmente en quesos, maderas, arroz y cueros. Las importaciones se concentran en manufacturas con alto valor agregado”. México es hoy destino de un 3% de nuestras exportaciones. Se puede decir que actualmente, tras la pronunciada baja del comercio con Argentina, destino de un 4% de nuestras exportaciones, ambos mercados son similares para la economía uruguaya, pero no es así. A Argentina, Uruguay le exporta productos con valor agregado, mientras que a México le exporta productos primarios o manufacturados con poco valor agregado. El saldo comercial para Uruguay es negativo (importamos más de lo que vendemos) pero además “las importaciones han incrementado en un 32% interanual al comparar 2013 con 2009, mientras que las exportaciones aumentaron un 2% en estos mismos años”.
Por otra parte, las inversiones mexicanas en Uruguay no presentaron un aumento significativo luego de la firma del TLC, y son marginales en el conjunto de la IED recibida por nuestro país. En cambio, las inversiones argentinas en nuestro país son muy importantes, en los rubros agroindustriales principalmente.
Para un país con las dimensiones económicas de Uruguay, claro que no es para desdeñar, pero claramente tampoco fue una solución a todos nuestros desafíos. Finalmente, este fue un Tratado que se firmó con el acuerdo de los demás países del Mercosur. En conclusión, la importancia de lograr acuerdos comerciales radica en poder utilizar la plataforma regional para negociar en bloque, con las potencialidades arriba reseñadas. Sostenemos que en esta etapa, los problemas de la integración se resuelven con más integración. Entre los desafíos a resolver está la agenda externa del Mercosur, en cuanto a negociaciones con otros bloques. Se puede avanzar en las negociaciones con la Unión Europea, siempre y cuando no sea a cambio de hipotecar posibilidades de desarrollo o de ceder soberanía. Otra opción es analizar es un acuerdo comercial Mercosur-BRICS, dado que ya China es nuestro principal socio comercial, y existen buenas bases de negocios con Rusia e India. Este tema puede ser abordado en una próxima columna.


martes, 9 de junio de 2015

Socio ruso para salir a vender

Por Cristian Carrillo (Página/12)
Desde Moscú

Una de las novedades que aportó la gira por Rusia fue la propuesta que el ministro de Planificación, Julio De Vido, les formuló a los rusos para que ambos países se asocien para vender tecnología nuclear en Sudamérica. Lo mismo ya había sido conversado con los chinos, quienes financiarán y transferirán su tecnología para la construcción de dos nuevas centrales nucleares. “Con los chinos ya estamos hablando para trabajar en conjunto en la venta de tecnología y a los rusos se lo planteamos ayer (por anteayer)”, señaló a este diario el presidente de NA-SA, José Luis Antúnez. “El objetivo es crear una empresa conjunta con naciones avanzadas en esta materia, y exportar desarrollo al exterior”, agregó. Según explicó, los países que tienen un consumo que amerite una central nuclear en la región son Chile, Colombia y Venezuela. Argentina, junto con México y Brasil son los únicos países que cuentan con centrales nucleares.
El gobierno busca que la inversión rusa vaya de la mano de la transferencia de tecnología. Cuando se construyó Embalse, la empresa canadiense Candú le transfirió a Argentina la tecnología para poder desarrollarla en otras centrales de uranio natural y agua pesada dentro del país y eso es lo que ahora permitirá avanzar con la construcción de Atucha III, un emprendimiento que utilizará tecnología Candú y contará además con financiamiento chino. Los rusos construirán en Argentina una central nuclear de uranio enriquecido y agua liviana, tecnología que argentina no maneja, y la intención oficial es negociar como en su momento se lo hizo con los canadienses, aunque en este caso no sólo se busca poder replicar esa tecnología en el país sino también asociarse con los rusos para ofrecerla a otros países de la región. Lo mismo se viene conversando con China. “La posibilidad de una asociación con China para crear una empresa que impulse desarrollos nucleares conjuntos en la región está avanzada”, señaló Antúnez. Por su parte, ratificó que la cuarta central nuclear, a realizarse en asociación con China, comenzará a construirse antes de fin año, en el predio donde funcionan hoy Atucha I y II, en la localidad bonaerense de Lima. En este caso se aguarda por el decreto de expropiación de aquellos terrenos. Según los cálculos oficiales, el reactor de la cuarta central china costará 32 mil millones de pesos, en moneda nacional porque se realizará con trabajo argentino, en tanto, la quinta y sexta arribarán a unos 60 mil millones cada una.

sábado, 23 de mayo de 2015

País Vasco: entrevista a Gorka Elejabarrieta

El periodista Leandro Etchichury nos permitió publicar la entrevista completa al dirigente independentista vasco Gorka Elejabarrieta que saliera publicada en Miradas al Sur en una versión más comprimida por los tradicionales problemas de espacio. Aquí la compartimos...



 Elejabarrieta junto a Martin McGuines



El proceso de paz en el País Vasco también se juega en Argentina. Así lo deja saber Gorka Elejabarrieta, responsable de Relaciones Internacionales del partido independentista vasco Sortu, heredero de la ilegalizada Herri Batasuna, quien visitó recientemente el país con mayor descendientes de vascos, tantos que se asegura que hay más personas con apellidos euskaldunes por estas tierras que vascos en Euskal Herria.

“En el mes de diciembre pasado se realizó una conferencia en el Senado argentino de apoyo al proceso de paz. En esa conferencia se presentó una declaración que fue firmada por más de 300 personalidades argentinas de la política, de la cultura, de los Derechos Humanos, de todos los colores y para nosotros fue un hecho de gran importancia que en el País Vasco tuvo muchísima repercusión” reseñó Elejabarrieta recordando la declaración del Capítulo Argentino de la Conferencia por la Paz en el País Vasco, que entre otros firmaran Adolfo Pérez Esquivel (Serpaj), Nora Cortiñas (Madres Línea Fundadora), Raquel de Marizcurrena (Abuelas de Plaza de Mayo), Horacio González (director de la Biblioteca Nacional), el dibujante Miguel Rep, el ex juez de la Corte Eugenio Raúl Zaffaroni y un amplio espectro de figuras políticas. “Entonces yo vengo por dos razones básicamente”, resalta, “la primera, para agradecer a toda esa gente su contribución y segundo para animarles a seguir trabajando por la resolución del conflicto”.

Recién bajado del avión, Elejabarrieta accedió a conversar con Miradas al Sur para explicar el presente político que se vive en el País Vasco. “Hubo varios intentos para resolver este conflicto de manera negociada, intentos que han fracasado hasta la fecha y diría que después del fracaso con Zapatero, la izquierda independentista entró a un debate interno para valorar las causas de la situación en la que nos encontrábamos y determinar la estrategia que se tenía que seguir a futuro. Y si algo quedó claro de ese proceso de debate es que no había lugar para la lucha armada.  Que existían condiciones objetivas para llevar la resolución del conflicto de manera pacífica y democrática. Se inicia un proceso de diálogo con fuerzas políticas del País Vasco, a su vez con fuerzas y representantes de la comunidad internacional, y todo ese proceso se materializa en la Conferencia por la Paz en el País Vasco”, detalla.

El 17 de octubre de 2011 se llevó a cabo la Conferencia Internacional de Paz de Donosita-San Sebastián, que reunió a la UMP de Nicolas Sarkozy, el Partido Socialista Francés, los Verdes y los independentistas vascos del norte del país, y por el Estado español asistieron todas las organizaciones políticas vascas, incluyendo el Partido Socialista de Euskadi que tributa al PSOE. El Partido Popular decidió desairar a los convocantes y no se hizo presente. No obstante ello, “fue la reunión con mayor representación política que se haya realizado hasta la fecha”, señala el referente de la izquierda independentista vasca.

Ese espacio de diálogo fue factible gracias a la presencia de figuras de relevancia como el ex secretario General de la ONU, Kofi Annan, el parlamentario irlandés Gerry Adams, el ex primer ministro de la República de Irlanda Bertie Ahern, la ex primera ministra de Noruega Gro Harlem Brundtland, el ex ministro francés Pierre Joxe y Jonathan Powell quien fuera jefe de gabinete de Tony Blair. De esa jornada surgió la Declaración de Aiete (nombre del palacio donde se llevó a cabo), propuesta como una hoja de ruta para la resolución integral del conflicto.

“Tres días más tarde de esa declaración, ETA responde de manera positiva a la demanda que se le hacía en ella. Allí había diferentes puntos, entre los que se le pedía a ETA que declarase el fin de la lucha armada de forma unilateral y sin contraprestaciones políticas”, y también “se solicitaba a los gobiernos español y francés que respondan de forma positiva, iniciando un proceso de diálogo para abordar todas las cuestiones relativas a las consecuencias del conflicto: víctimas, presos, refugiados y desarme”. Elejabarrieta destaca que en el documento queda manifiesta una diferencia entre las motivaciones y las consecuencias del conflicto. “ETA y los gobiernos deberían avocarse a tratar las consecuencias y en lo que respecta a las motivaciones deberán ser conducidas en un proceso de diálogo entre fuerzas políticas y la sociedad”, señala, destacando la inclusión de “un trabajo de verdad y justicia que contemple a todas las víctimas”.

La violencia en el País Vasco precede al franquismo, se potencia con él y cobra una importante dimensión con el surgimiento de ETA (1958) y la represión estatal que incluyó la operación de grupos paramilitares como los GAL, durante el gobierno de Felipe González.

Para el dirigente vasco “ETA está dispuesta a llevar el proceso de desarme hasta el final. El problema es que Rajoy gana las elecciones pocos meses después del inicio de este esquema y no ha querido saber nada con el proceso de paz. El PP está más cómodo en una situación de conflicto”. A su entender, lo que sucede con Cataluña y con el País Vasco, está demostrando que el problema no es la violencia de ETA, sino la existencia de un profundo conflicto político al interior del Estado español.

Puesto a comparar, destaca que “en el Estado francés la cuestión del conflicto vasco es un poco diferente. ETA, de forma deliberada, no ha sido activa en el Estado francés. La ilusión de la Conferencia de Aiete inmediatamente se transformó en hechos. Y a poco comenzó a caminar un proceso de diálogo, discreto, que incluía a los representantes políticos de todas las fuerzas, salvo el Frente Nacional de (Jean-Marie) Le Pen. Por primera vez en el País Vasco francés los representantes de todas las fuerzas políticas vascas hicieron público un acuerdo que se conoce como la Declaración de Bayona, en la que se hace un diagnóstico conjunto del conflicto y plantean unas medidas para solucionarlo. Esto es un hito histórico. El próximo 11 de junio se va a realizar una conferencia de paz en la Asamblea nacional francesa, para tratar de buscar formas conjuntas que resuelvan el conflicto”.

Notificada de antemano una apretada agenda, que lo inmediato continuaba por los despachos del Congreso argentino, la entrevista se conduce a través de un rápido punteo de algunos de los numerosos temas con los que el periodista se hizo presente.

Cataluña y País Vasco. “Es cierto que existe una percepción social de que en el pasado el País Vasco estaba más avanzado en la lucha soberanista que Cataluña y que al día de hoy pasa al revés. Creo que no es verdad. Son dos procesos diferentes que tienen distinta trayectoria histórica, y que van dando pasos según la realidad a la que tienen que hacer frente. Para nosotros hoy es prioritario resolver el conflicto político que hemos vivido en las últimas décadas. De no hacerlo bien va a ser muy difícil caminar por ese objetivo soberanista. En paralelo, hay en la sociedad vasca fuerzas que trabajan a favor de iniciativas por el derecho a decidir que no necesariamente significa independencia”.

La UE y el ajuste neoliberal. “Somos un movimiento de izquierda que ha venido cuestionando este proceso neoliberal. Así que pensamos que la liberación nacional y social son dos caras de la misma lucha. En el Parlamento Europeo trabajamos dentro del grupo Izquierda Unida Europea tratando de construir una alternativa a las políticas de austeridad que se están planteando desde la troika, desde el FMI y desde otras instancias internacionales. Syriza es aliado nuestro, una fuerza que está muy sola en Europa. Su margen de maniobra es pequeño. Ellos mismos aseguran que el suyo es un gobierno de emergencia. La victoria de Syriza es un rayo de esperanza”.

Podemos. “Es un fenómeno nuevo al que hay que darle tiempo. Podemos es un brote verde en el desierto. Ante la situación que se vive en el Estado español con un sistema bipartidista, dos partidos en teoría diferente pero que en la práctica son cada vez más parecidos, no existía alternativa real alguna. Y parece que Podemos plantea una nueva posibilidad. Ya se verá… La clave está en buscar espacios de colaboración”.

Juventud. “En el País Vasco la juventud ha sido un sector social muy activo con el cambio social. Por eso mismo ha sido un sector muy golpeado en las últimas décadas. Y desde que el Estado español acentuó su política represiva, y comenzó a ilegalizar organizaciones políticas y sociales que no tenían vinculación con la violencia armada, las han pasado fea. Muchos jóvenes han pasado por las cárceles por el hecho de ser activistas juveniles. Han sido unas décadas complicadas para la juventud en el País Vasco. Así y todo creo que sigue muy activa y sigue siendo un sector muy importante políticamente en nuestro país”.

Al finalizar, Gorka Elejabarrieta comenta que de Buenos Aires parte inmediatamente para Londres, donde también existe un grupo parlamentario interesado por el proceso de paz. Dos capitales en disputa por un viejo pleito colonial unen las esperanzas del independentismo vasco con el objetivo de darle una oportunidad a la paz.










martes, 5 de mayo de 2015

Vencer la batalla de las ideas

Por Emir Sader
Y cuando finalmente la izquierda llegó al gobierno, había perdido la batalla de las ideas.” La afirmación de Perry Anderson sintetiza el mayor desafío para los que queremos superar y sustituir al neoliberalismo en todas sus dimensiones.
Significa que el neoliberalismo ha fracasado como propuesta económica, lo cual abre la posibilidad para que la izquierda aparezca como alternativa de gobierno. Cuando llega al poder, tiene que enfrentar toda la herencia maldita del neoliberalismo: recesión, debilitamiento del Estado, desindustrialización, fragmentación social, entre otras.
Pero, además, tiene que hacer frente al elemento de mayor fuerza del neoliberalismo, a nivel de cada país, pero también a nivel internacional: su fuerza ideológica, la fuerza del “modo de vida norteamericano”, que impone su hegemonía de forma casi incuestionable a escala global.
El estilo de consumo shopping center se ha globalizado de manera aparentemente avasalladora. Es una especie de punta de lanza del neoliberalismo, materializando su principio general, de que todo es mercancía, todo tiene precio, todo se vende, todo se compra. Por ello el shopping center es el ejemplo más claro de lo que convencionalmente se ha llamado “no lugares”.
El shopping suele no tener ni ventana ni reloj. Entrar en esos espacios es desvincularse de las condiciones de las ciudades como efectivamente existen, para articularse con la red de consumo globalizada, mediante las marcas y su estilo de consumo. Con el conjunto de “ventajas” que trae el shopping center –protección del mal tiempo, del robo, lugar para estacionar los coches, cantidad de cines, de lugares para comer, etc. etc.– representa un instrumento poderoso de formas de vida, de sociabilidad, construidos alrededor del consumo y de los consumidores.
El shopping center es la utopía neoliberal y express, la forma más acabada –junto con la publicidad, las marcas, la televisión, el cine norteamericano, entre otros instrumentos– de la hegemonía del modo de vida norteamericano. Lugar que ocupa prácticamente sin cuestionamientos, salvo resistencias en el islamismo, en los evangélicos.
La lucha antineoliberal ha logrado imponer consensos en el plano económico en contra de la centralidad del mercado y las políticas de austeridad, en favor, por ejemplo, de la prioridad de las políticas sociales. Pero no ha generado todavía valores, formas de sociabilidad, alternativas al neoliberalismo y a su mundo de valores centrados en el consumismo. Es cierto que hay mecanismos monstruosos para promocionar los valores neoliberales, pero también es cierto que no tenemos valores alternativos –solidarios, humanistas– que aparezcan como alternativas.
No se puede incorporar propuestas sencillamente anticonsumistas, en sociedades en que el acceso al consumo es una conquista para la gran mayoría de la población. Acceso que trae aparejadas las ventajas del consumo y, por extensión, promueve el mundo del consumo –shopping center incluido– como um objetivo de vida. Así, no es simple esa pelea. Pero es indispensable.
Sin la crítica al egoísmo consumista dominante, de la falta de solidaridad –especialmente con los más frágiles–, no lograremos avanzar sobre la fuerte hegemonía ideológica del neoliberalismo y ganar la batalla de las ideas, decisiva en los enfrentamientos centrales del mundo de hoy.

sábado, 2 de mayo de 2015

De Evita a Mauricio


Recomendable artículo de la revista Anfibia para acercarnos a comprender un poco mejor el alcance electoral del PRO en la ciudad de Buenos Aires.

Si en su origen el PRO hablaba de “erradicar las villas”, una vez que ganó en las urnas se dedicó a armar poder en las zonas más humildes. Diez años después trabaja junto a punteros y referentes para consolidar a la derecha en zonas de la Ciudad de Buenos Aires históricamente peronistas. Maximiliano Sahonero es puntero del PRO. Nieto de bolivianos, hijo de un carpintero formado por el Padre Mugica, nació y milita en la villa 20 de Lugano. Historia personal y lealtad al servicio de un partido que se fortalece con cada elección. Durante el fin de semana, una cronista acompañó al referente villero preferido del macrismo por los claroscuros del barrio. 

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