El jefe de gabinete con Angelini, Garay y Blanca Arce. De espaldas, Enzo Pagani.
Al cabo de tres semanas de conflicto, comienza a advertirse que el problema básico sobre el que se montan las operaciones políticas de desgaste no es el de la vivienda sino el del acceso a la tierra urbana. Nunca antes el Estado había construido tantas viviendas como en los últimos siete años. Sin embargo, esto no es suficiente, así como el crecimiento macroeconómico y la vertical reducción del desempleo no bastaron para acabar con el núcleo duro de la pobreza, que requiere de otro tipo de intervenciones. El mercado ha hecho la asignación menos eficiente de un bien escaso como el suelo. Los barrios cerrados ocupan el doble de la superficie que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, pero viven en ellos 15 veces menos de personas. El hecho es que en las villas de la Capital se ha agotado la tierra disponible y en las del Gran Buenos Aires escasea. Esto se observa tanto en las construcciones en altura, con edificios de hasta cinco pisos en Retiro, como en la especulación inmobiliaria, por la que los alquileres en esos asentamientos tienden a converger con los del resto de la ciudad, de modo que sus precios quedan fuera del alcance de muchos presupuestos. Este conocimiento debería servir para encontrar la solución. La investigación del juez federal Daniel Rafecas sobre la ocupación del Club Albariño avanza en esa dirección: tanto los detenidos como el prófugo forman parte de una organización especializada en la intrusión de terrenos para construir y alquilar. El primer detenido, Guillermo Ramón Ferreira, maneja un centro comunitario de Ciudad Oculta, a doscientos metros del Club Albariño, que de día presta servicios sociales y de noche se convierte en bailanta. Parte de su poder deriva de su trabajo como capataz de obras, por lo cual cada día decide quiénes ganarán un jornal. El segundo detenido, Reinaldo Silvero González, ya había encabezado otra toma de tierras en Ciudad Oculta, hace tres años. Además de usurpación deberá responder por lavado de dinero: cuando lo atraparon conducía una carísima camioneta doble cabina último modelo. Además de los setenta lotes para viviendas que esperaban obtener de la ocupación sus planes incluían la construcción de otro centro comunitario/bailanta. El prófugo, Regino Acevedo, cobró hasta 2008 del gobierno de la Ciudad y forma parte del Movimiento Social Metropolitano, rama villera del PRO. Esto le permite decidir sobre la asignación de las pocas viviendas que ha construido la Corporación Buenos Aires Sur durante la administración de Maurizio Macrì. El presidente de la Corporación es el dirigente duhaldista Humberto Schiavoni, quien fue jefe de gabinete de ministros durante el fugaz interinato presidencial de Ramón Puerta y hoy es jefe de campaña de Macrì. Otros de los dirigentes del MSM aparecen en las fotos de esta página en compañía del jefe de gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, del legislador Enzo Pagani y del titular de la Unidad de Gestión e Intervención Social (UGIS), Federico Angelini. Ellos son Adrián César Garay, de la Villa 1-11-14, del Bajo Flores, y Blanca Arce, quienes junto con el prófugo Acevedo forman parte del grupo que dirige Miguel Angel Rodríguez, a quien llaman “El Turco” o “El Comandante”, quien explota todo tipo de negocios ilegales vinculados con el gobierno de la Ciudad desde los tiempos de Carlos Grosso. Ahora es el turno del PRO. Angelini es rosarino pero proviene del bussismo y llegó al macrismo a través del ex legislador tucumano Pablo Walter, asesor del ministro Esteban Bullrich. Las fotos fueron publicadas en su muro virtual por un asesor de Angelini, Sebastián Fernández Cerdeña. Rodríguez debió renunciar a un empleo formal en el área de Vivienda de la Ciudad cuando se reveló que había sido condenado a una pena de prisión por la venta ilegal de licencias de taxis. Pero siguió vinculado en forma menos ostensible, a través del legislador Pagani. La UGIS también paga trabajos de mantenimiento en las villas, que se asignan a las empresas que organizan o controlan esos punteros. El macrismo no sólo mantiene nexos con los ocupantes, sino también con los denominados vecinos de Lugano que reclaman la desocupación del club y que agredieron con bombas incendiarias, nafta y neumáticos a las fuerzas policiales que formaron un cerco para separar a ambos bandos. El presidente del Club Albariño es Jorge Sampedro, Corea, el histórico culata de la UOM que acompañaba a José Rucci en el último minuto de su vida. Su Unidad Básica está a pocos metros del club ocupado. Varios de los torturados a golpes en el Hotel Internacional de Ezeiza el 20 de junio de 1973 lo señalaron como el responsable, cargo que el ex boxeador Corea niega. Su hermano Alfredo Sampedro tiene una empresa constructora y su jefe político es el duhaldista Eduardo Rollano. En tiempos de Grosso, Alfredo Sampedro tuvo una pelea a cuchillo con un pariente de Julio Carlos Capella, el hombre de la fotografía que avanzaba armado sobre los ocupantes del Parque Indoamericano. Algunos dicen que el duelo ocurrió con su padre, Carlos Roberto Capella, empleado del Club Atlético Boca Juniors y del gobierno de la Ciudad, pero otros señalan que fue con su tío, Jorge Luis Capella, quien trabaja en la Dirección Nacional de Migraciones en la misma sección que Victoria Giovenco, la hija del guardaespaldas de la UOM que murió en 1974 cuando le estalló un explosivo que intentaba colocar. También forma parte del grupo de Corea el ex legislador Carlos Elías, El Chapa. Su hijo, Chapita Elías, es uno de los responsables de la zona sur designado por el macrismo. Este entramado de relaciones políticas y personales es parte del universo de Lugano y Mataderos que responde a Cristian Ritondo, de privilegiada relación con la comisaría 48 de la Policía Federal, que ya padeció el relevo de dos sucesivos jefes. Ritondo es el heredero político de Miguel Ángel Tomanzano, si tal cosa puede decirse en serio. De ambos dependió Migraciones durante el interinato presidencial de Duhalde. Ritondo es legislador de PRO, pero asistió al lanzamiento de la campaña presidencial de Duhalde. Del acuerdo también participa el primo inteligente del jefe de gobierno, Jorge Macrì, el principal partidario de una alianza electoral. Esta semana tuvo un almuerzo público con la esposa de José Luis Barrionuevo para discutir en qué condiciones, dado que ambos jefes aspiran al mismo sitial. Junto con Pagani, Ritondo elaboró el proyecto de escrituración de tierras ocupadas en las villas que fue la señal de largada para las ocupaciones de diciembre.
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