Querido Néstor:
Quiero contarte en esta carta que me atreví a pasar el primer día sin vos, con ese vacío que me dejaste y que creía que tardaría en llenar porque cuando desaparecieron mis otros hijos el agujero fue casi eterno. Cuando vos llegaste a mi vida me volvió la alegría, me sentí más fuerte, acompañada, comprendida y respetada.
Quiero decirte que en este día, jueves 28 de octubre, cuando llegué a la Plaza, varias cuadras antes, parecía un espejismo: miles y miles de jóvenes te vivaban y también decían “¡Fuerza Cristina!”.
Muchos me decían “empecé mi militancia con Néstor, por eso ahora tenemos que estar firmes y juntos como él nos enseñó”.
¿Sabés, querido?. Te cuento esto porque seguro no te lo imaginás, la mayoría me decía que la apoya a Cristina para las elecciones del 2011.
El corazón te jugó una mala pasada o tal vez con tu fuego se hinchó demasiado y quiso salirse del pecho, ese donde siempre se recostó Cristina.
Decirte que hoy y mañana y pasado y dentro de muchos años seguro, tu corazón, seguirá latiendo en esta maravillosa juventud que vos con tu sabiduría encendiste.
Gracias, hijo, por permitirme vivir junto a vos y tus principios, gracias por vivir con tanta pasión.
Estoy orgullosa de vos y de esta juventud que formaste para el proyecto nacional y popular, que es decir la liberación.
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