El Instituto Nacional de Estadísticas de España anunció que el 20,8% de los españoles -uno de cada cinco habitantes- se encuentra por debajo de la línea de la pobreza.
Ya en mayo de este año para la Comisión Europea, el 17% de la población de la UE, unas 84 millones de personas, fueron consideradas pobres, es decir, con un ingreso inferior al 60% de la media nacional. "No son personas que vienen del Tercer Mundo a buscar un mejor futuro en Europa, sino alemanes, franceses, holandeses y belgas nacidos aquí y que han sido pobres por generaciones", afirmó a BBC Mundo, Maarten Deman, titular del Consejo de Salud y Bienestar de la UE.
Hoy La Nación reproduce un artículo publicado en The New York Times en el que se afirma:
El ministro de Economía de Gran Bretaña, George Osborne, pronunció anteayer un discurso que a Keynes, que también trabajó en el Tesoro, le hubiera helado la sangre. Afirmó con vehemencia que los británicos, a pesar del aletargado crecimiento económico y de la casi inexistencia del crédito bancario, deben aceptar un aumento de la edad jubilatoria de los 65 a los 66 años y un recorte del gasto público de 130.000 millones de dólares. Dijo que esto barrería con cerca de 500.000 puestos de trabajo en el sector público y afectaría a los jubilados, a los pobres, a los militares y a la clase media, debido a la impostergable necesidad de reducir el enorme déficit presupuestario del país.
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