Como usuario frecuente de la línea A del subterráneo de Buenos Aires he ido padeciendo la mala prestación del servicio, fundamentalmente desde que se habilitó la extensión a la estación Carabobo.
Pésimas frecuencias, formaciones con vagones de menos, falta de limpieza, suspensión de servicios, hacen a la vida cotidiana del usuario. Pero quedé pasmado cuando un mes atrás observé carteles pegoteados con engrudo en las ventanillas en los que denunciaban (sic) que la recarga de las tarjetas SUBE provocaba en los privilegiados trabajadores del subte stress laboral.
A partir de entonces cada dos por tres la negativa a recargar tarjetas en las ventanillas fue lo habitual, situación que se suma a que ya en muchos kioscos han dejado también de cargarlas. Boicot?
Por ello me pareció genial cuando hoy la presidenta, luego de anunciar el aumento de las asignaciones familiares, universales y en los topes salariales para los cobros, acusó a quienes boicotean la SUBE , con la novedosa excusa de provocar “tendinitis”, de insolidarios y egoístas. "Estos de la tendinitis son a los que les reconocimos la libertad sindical", resaltó Cristina. Duro? Si. Real? También.
"Yo ví a mi viejo sacar boleto por boleto. Trabajó toda su vida y nunca tuvo tendinitis de nada. Claro, vivió en una época donde había que trabajar y era más difícil hacerse el revolucionario porque vivía en un país que no era democrático", afirmó la funcionaria y destacó: "Yo nunca pretendí ser revolucionaria, siempre fui peronista y muy humildemente, nada más".
La tarjeta SUBE es una decisión estratégica en política de transporte público de pasajeros, que permitirá, entre otras cosas, reorganizar el sistema y subsidiar a los usuarios necesitados y no más a los negocios empresarios. Una vez más revolucionarios de opereta terminan siendo útiles a intereses económicos privados, jorobando a una multitud de laburantes con stress y en muchos casos condiciones laborales no tan buenas como los trabajadores del subte.
Como vemos, no sólo la prensa hegemónica ó ciertos componentes de "la opo" tratan de obstaculizar hasta donde les dá su poca vergüenza a fin de crear malestar y disgusto. Estos "trabajadores" así como sus representantes gremiales, ¿son tan inconscientes como para no darse cuenta del efecto de sus absurdos reclamos corporativos? ¿No advierten hacia donde apunta su funcionalidad? Me imagino lo difícil que debe ser tratar de mantener la serenidad ante cada embate irracional y mucho más si los promotores son "trabajadores".
ResponderEliminarAbrazo
Tilo, 70 años.
Es importante que en las reuniones paritarias no solo se hable de la muy importante actusalizacion salarial sino que la patronal se ponga más atenta para tambien comprender en las discuciones la implementeacion de las nuevas tecnologias. Queda claro, que existen quienes se amparan en las intituciones que le pertenecen a los trabajadores para dañar al resto de la sociedad.
ResponderEliminarYo tengo la fortuna de vivir cerca del laburo y estar en el interior; pero comparto el fastidio de los porteños ante esta situacion que los perjudica en algo escencial como es el transporte que incide en el desempeño laboral de los usuarios.