Cuando se intentó hablar del efecto de los medios de
comunicación en la sensación de inseguridad en la población -sensación que no
se condice con los datos puros y duros-, una ola de indignación se apoderó de
los sectores medios y medios altos, fogoneados por esos mismos medios de
comunicación que cuando no tuvieron un asesinato del día pusieron en pantalla
otro ocurrido en años anteriores. (ver)
Hoy vamos hacer mención a otra sensación que se expande
también en esos sectores sociales que precisamente no deberían padecerla. Es la
sensación de inflación desbocada, que oh! casualidad es también fogoneada por los mismos
medios y sus empleados del Congreso de la Nación.
En nuestras recorridas porteñas, jubilados y empleados que precisamente no viven en barriadas
populares se nos han quejado del aumento de los precios de los medicamentos y
de los alimentos, y cuando les retrucamos que sus ingresos habían aumentado más
que la inflación más inflacionada los argumentos esgrimidos no fueron muy
contundentes.
Ya que hablamos de sensaciones, diremos que tenemos la
sensación de que como el bolsillo es el órgano más sensible del hombre, y de la
mujer, impacta más la creciente cantidad de billetes que hay que sacar para
pagar un gasto que la creciente cantidad de billetes que nos ingresan a fin de
mes o quincena. Si, si..., las excepciones existen.
Para tratar de poner algo más de contundencia a esta sensación
(la nuestra) repasaremos algunos números:
Jubilaciones
En este año 2013 el incremento anual fue del 31,78% (31,05%
fue en el 2012). Radio Continental, del Grupo Prisa, destacaba que “desde la
puesta en marcha de la Ley
de Movilidad en febrero 2009, se ha producido un aumento de todas las
jubilaciones y pensiones del 259%, y desde 2003, se otorgaron 22 incrementos de
haberes previsionales, que elevaron la jubilación mínima en 1.551%, priorizando
la mejora de las condiciones de vida de los adultos mayores más vulnerables”.
Además de este ingreso, se debe tener presente que el PAMI
no sólo cubre casi la totalidad de las necesidades médicas, sino también
algunas recreativas.
Salario
El Consejo del Salario Mínimo acordó en julio de 2013 fijar
el Salario Mínimo Vital y Móvil en $ 3.300 desde el 1° de agosto de 2013, con
lo que este año el incremento será del 14,78%.
A partir del 1° de enero den 2014 subirá a $3.600, siendo la suba final
del 25,21%. En 2004 era de $450.
“Una estimación reciente realizada por Roxana Maurizio,
economista de la UNGS,
evidencia que entre 2003 y 2011 el salario mínimo real en Argentina registró un
aumento del orden del 200 por ciento. Aun cuando esa dinámica se debilitó por
la aceleración de la inflación desde 2007, el mínimo mantuvo un comportamiento
positivo al “ganarles” a los aumentos de precios un 6 por ciento. La tendencia
se mantuvo los últimos dos años, cuando el SMVM aumentó por encima de las
mediciones de precios alternativas al Indec y también superó al promedio de
mejoras acordadas en paritarias” (Página /12, 30 de julio de 2013).
Los trabajadores argentinos pueden comprar con su salario
mínimo más pan, carne y otros productos derivados del campo que sus pares en
Brasil y en Uruguay, donde no existen las retenciones ni los cupos a las
exportaciones agrícologanaderas. (ver)
En cuanto a la evolución del salario real podemos atenernos
al siguiente cuadro
Como podemos ver no vivimos en el paraíso, pero tampoco en
el infierno tan anunciado. El aumento de precios es para ocuparse, al igual que
la cuestión de los trabajadores no registrados.
Según estadísticas del Banco Mundial la Argentina es el segundo
país de la región con más clase media (48% de la población), apenas por debajo
de Uruguay (con 48,1%). Entre 2003 y 2012 la facturación por ventas de
electrónicos, CD, electrodomésticos y computación en shoppings subió al 37%
anual, y al 32% anual en supermercados. A la vez, el número de teléfonos celulares
en servicio aumentó una tasa promedio de 27% anual, mientras los accesos a
Internet crecieron a un ritmo promedio
anual de 43% en las empresas y de 31% en los hogares.
Volver a las políticas que llevaron a reducir el 13% de las
jubilaciones y los salarios de los trabajadores públicos con la excusa de pagar
la deuda externa, y arrastraron a miles de jubilados a las calles al grito de “450”, 26% de desocupación y
51% de pobreza no nos habla de futuro, sino de las peores pesadillas
argentinas. Nadie se acuerda ya de la hiperinflación alfonsinista y menemista? Seguro que sí, como así también el descontrol inflacionario de los liberales que coparon el Estado durante la última dictadura
Y bueno muchachos estos son los datos. A ustedes les gusta
hablar de EXPECTATIVAS, banquense que hablemos de SENSACIONES PREFABRICADAS.
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