En la ciudad santacruceña de Pico Truncado, opera la primera planta de producción de Hidrógeno por electrólisis de América Latina. Lo hace a partir de un aerogenerador existente, pero además se convirtió en una verdadera escuela de técnicos.
Para Seth Dunn, el autor del informe del World Watch Institute, "la pregunta clave ya no es si nos dirigimos hacia un mundo basado en el hidrógeno como energía, sino cómo llegaremos hasta él y cuánto tiempo nos llevará".
El hidrógeno es el elemento más simple del universo y —al parecer— formará parte fundamental de la revolución de las energías alternativas que hoy se desarrolla cada vez con más vigor. Es que el interés por las investigaciones sobre el hidrógeno como combustible crece de la mano de dos fundamentos: la conciencia acerca de que la quema masiva de combustibles fósiles profundiza el efecto invernadero, y la seguridad que se va alcanzando al obtener energía eléctrica con las pilas “H”.
Sin embargo, el desarrollo en la producción de hidrógeno ha tropezado hasta el momento con la misma piedra que intenta remover. En la actualidad, casi todo el hidrógeno que se produce en el mundo se extrae de combustibles fósiles, principalmente del gas natural. Por lo tanto, el desafío es generar fuentes de energía renovables que, mediante la energía eólica, la fotólisis o cualquier otra fuente renovable de electricidad, permita separar el hidrógeno y el oxígeno combinados en el agua.
La Planta de Hidrógeno de Pico Truncado va en esa dirección. A pesar de que la ciudad está sentada un enorme yacimiento de gas natural, optó por explorar también otros caminos. Y utiliza una parte de su parque de aerogeneradores para romper las moléculas de agua en un electrolizador. Así, Pico Truncado “fabrica” hidrógeno y oxígeno.
Mucho más que petróleo
El 7 de diciembre de 2005 fue una de esas fechas fundamentales que pasaron desapercibidas para casi todos. Pero en el Parque Eólico Jorge Romanutti, de Pico Truncado, se inauguró la primera planta experimental de investigación, desarrollo y capacitación sobre hidrógeno. Se la definió como una verdadera "escuela-fábrica", para enfatizar el componente en la formación de técnicos y profesionales en los variados usos del hidrógeno como combustible. No existe un emprendimiento así en toda América Latina.
La planta supuso una apuesta del municipio de Pico Truncado y de la ONG Asociación Argentina del Hidrógeno. La Universidad de Québec, por su parte, donó el sistema de electrólisis.
Si bien en la primera fase se trató de un módulo de producción de hidrógeno por vía electrolítica, el concepto de base siempre fue operar la planta durante las 24 horas del día a fin de lograr experiencias de diseño e integración de componentes que optimicen cada etapa de la cadena energética. Desde el viento y el agua, hasta el hidrógeno y los servicios energéticos finales. En forma complementaria, también investiga sobre el uso del combustible para otros dos usos: calefacción doméstica —mediante quemadores— y como combustible de vehículos municipales especialmente adaptados.
La Planta ‘H’
La fábrica tiene una superficie de 700 m² y está organizada en cinco sectores:
En el Sector Producción funciona el equipo de generación de Hidrógeno por vía electrolítica con facilidades para el abastecimiento de aguas de distintas fuentes. La electricidad “limpia” se ofrece desde el parque eólico existente, que cuenta con máquinas Eercon E-40 de 2400 Kw.
El Sector Capacitación cuenta con un aula, biblioteca y oficinas para realizar los cursos teórico-prácticos para egresados de colegios industriales y profesionales que deseen especializarse. Un laboratorio permite experiencias con un grupo electrógeno accionado por motor de combustión interna que —a su vez— funciona con Hidrógeno. Cuenta con celdas de combustible, quemadores de tipo catalítico y almacenamiento en forma de hidruros. Todos estos equipos son prototipos de fabricación nacional.
En el Sector Taller se experimenta con motores y vehículos para que funcionen con Hidrógeno como combustible. Finalmente, se incluyó un sector para Cultivos Controlados, que consiste en la toma el calor del proceso para servir como sustratos tibios y mejorar las condiciones de producción de vegetales en un invernadero.
En Comodoro Rivadavia —muy cerca de Pico Truncado—, hace poco más de un siglo, la Argentina ingresó en la era del petróleo. Hoy, la experiencia combinada del Parque Eólico y la Planta de Hidrógeno prefiguran un tiempo distinto, con energías renovables y con centros de producción de escala menor y descentralizada.
Fuente: Télam
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