Leo una columna de uno de los "filósofos" de cabecera del Grupo Clarín, Marcos Aguinis, del 26 de mayo del 2005 donde afirma con total convicción:
"El embajador de Irlanda en la Argentina, Kenneth Thompson, se resiste a utilizar la palabra “modelo” para referirse a la metamorfosis que ha tenido lugar en su patria, llevándola del último puesto a uno de los primeros en el crecimiento de Europa.
Para los sufrientes países de América latina, sin embargo, y en especial para el nuestro, magullado por conflictos tan traumáticos como estériles, Irlanda es un espejo al que debemos tener el coraje de mirar con atención. Se nos parecía en mucho. Igual que nosotros, se convulsionaba en el barro de actitudes e ideas antiguas que, en vez de encauzar el crecimiento, la hacían rodar hacia una eterna decadencia. (...) Irlanda, antes de adoptar las decisiones impresionantes que cambiaron de forma radical su destino, estaba agobiada por su tasa de endeudamiento. La deuda se elevaba como un monstruo imposible de vencer o expulsar; era el cancerbero de largos colmillos que nunca los dejaría avanzar hacia una pradera más confortable.
La omnipresencia del Estado, que hacía eterna la pobreza mediante la “cultura del subsidio” a ricos y pobres, cayó en el descrédito. Se privatizaron las telecomunicaciones, la energía, los seguros médicos. Y se seguirá con otras áreas, pero sin caer en la aberración cometida en la Argentina de los 90, cuando se pasó del monopolio estatal al monopolio privado.
El incremento de la cultura del esfuerzo y de la responsabilidad se manifiesta por doquier. Se respetan más las leyes, disminuyó la anomia (¿nos recuerda a la Argentina?).
A todo lo que acabo de describir el embajador Thompson no querrá llamarlo “modelo”, pero para los argentinos lo es. Si aún tenemos a mano una brújula, advirtamos que el Norte es un país como Irlanda. No perdamos el tiempo. No arruinemos esta década al transformarla en otra que también se llame “perdida”."
El domingo pasado llega a mis manos un artículo del suplemento económico de Clarín, titulado: "En Irlanda, la austeridad no logra reanimar la economía".
Allí podemos leer:
"¿Qué necesita un país para tener éxito con el euro? La Comisión Europea y el Banco Central Europeo dirían que la receta es simple: reducir el déficit presupuestario, bajar los salarios, mantener competitivos los impuestos, aumentar las exportaciones y vivir con austeridad. Hay un solo problema: Irlanda viene aplicando esa receta con precisión y no le ha ido muy bien. (...)
Irlanda tuvo el año pasado un déficit presupuestario de 14,3% por ciento del producto bruto interno, el mayor de cualquier país de la eurozona. La brecha se achicará a un 11% este año, según los pronósticos de la Comisión Europea. Es una leve mejora, pero no basta para tranquilizar al mercado de bonos.
Hay una montaña de deuda acumulándose y la economía se mantiene en un estado terrible. En los últimos dos años, se contrajo alrededor de un 10%, una de las peores recesiones en el mundo desarrollado. (...)
Y sin embargo, Irlanda ha sido ejemplar en su iniciativa de austeridad. Los salarios del sector público cayeron un promedio de 13%. Se subieron los impuestos donde hacía falta, pero no de una manera que afecte a la actividad comercial. Los irlandeses se mostraron dispuestos a ajustarse los cinturones y adaptarse a los tiempos difíciles. No hubo ningún indicio de los disturbios callejeros, las huelgas y las protestas que tuvieron lugar en Grecia.
Irlanda está haciendo exactamente lo que le dijeron que debía hacer. Está siguiendo el camino diagramado para Grecia, Portugal y España, y lo hace con un autodominio y una disciplina admirables."
Seguramente en estos últimos datos está el secreto de tanta admiración por el "modelo irlandés". Que los especuladores concentrados te lo rompan sin chistar.
A pero compañero, yo no pensaba que Aguinis estuviera tan gaga. Para mi que publicó por error una nota que escribió hace 5 años.
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