Esta incipiente puja en el ámbito industrial con desvíos de inversiones, que empieza a registrarse también en otras ramas, como la textil, de calzado y electrónicos, tiene su motivación en las respectivas políticas económicas de ambos países. Resulta sugestivo que muchos de los análisis sobre la presente disputa comercial se concentren en las debilidades del Mercosur y no en la política económica brasileña. Los representantes del pensamiento conservador han batallado incansablemente en los últimos años elogiando la estrategia del vecino grande, y hoy no admiten que ese sendero es lo que explica las actuales tensiones.
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