Mientras los medios locales dedican buena parte de sus páginas al final de la era de los trasbordadores espaciales norteamericanos, casi ninguno informa que este lunes la presidenta junto a otras autoridades nacionales darán luz verde al lanzamiento, desde la recuperada base de El Chamical (La Rioja), de un nuevo cohete con el que se pretende reposicionar a la Argentina en la carrera espacial.
El próximo lunes Argentina lanzará por primera vez en su historia un cohete de dos etapas. La experiencia piloto que conduce el Ministerio de Defensa implicará un salto cualitativo y cuantitativo en materia de investigación y desarrollo en vectores, como se denomina técnicamente a los cohetes. En el mediano plazo, el programa pretende alcanzar la capacidad para poner satélites en órbita. Por eso, el objetivo del proyecto excede el inminente lanzamiento y apunta a desarrollar de forma endógena las capacidades tecnológicas, infraestructura y la formación de expertos nacionales en un área donde ni siquiera existe la posibilidad de transferencia de conocimiento desde los países centrales. En la actualidad, sólo Estados Unidos, Francia, Rusia, China y Corea pueden hacerlo. Un lanzamiento desde la NASA o CNES, la agencia espacial francesa, puede llegar a costar más de 80 millones de dólares. El cohete Gradicom II, con sus dos motores que se encienden en distintas etapas del vuelo, romperá la velocidad del sonido que le permitirá lograr una altura de 90 kilómetros y caer a una distancia de entre 90 y 120 kilómetros de la base. El lanzamiento se hará desde el Centro de Ensayo y Lanzamiento de Proyectiles Autopropulsados en Chemical, La Rioja, una base militar inagurada en 1946 por Juan Domingo Perón que se encontraba semiabandonada. Si las condiciones meteorológicas lo permiten y la experiencia es exitosa, el mismo lunes por la noche el video del lanzamiento será exhibido por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner durante la Cena de Camaradería de las Fuerzas Armadas en el Edificio Libertador.
Se trata del segundo cohete que disparará el país después de más de 25 años de abandono de la actividad de I+D (investigación y desarrollo) en la materia. El punto de partida se registró en 2009, con la experiencia del Gradicom PCX, un cohete de corto alcance con un solo motor. El paso siguiente será convertir el cohete en misil para que pueda modificar su trayectoria en medio del vuelo. La iniciativa está encabezada por el Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa (Citedef). El combustible, el chasis junto con la electrónica y telemetría del cohete fueron producidos en el país por científicos e ingenieros argentinos. El lanzamiento permitirá probar la separación de etapas así como distintos aspectos aerodinámicos y procesos químicos del cohete.
El proyecto que será testeado el próximo lunes rechaza la teoría económica que conduce a los países como Argentina a especializarse en las actividades donde son más competitivos por naturaleza como política de desa-rrollo. En cambio, como sostiene el economista coreano Ha-Joon Chang, la iniciativa parte de la idea de que las ventajas se crean.
En el 2009 ya se había probado el Gradicom PCX-2009 con total éxito y además se desarrolló la técnica de recuperar misiles vencidos, procedimiento que ha interesado a países de la UNASUR como Brasil, Chile, Ecuador y Perú. La recuperación de la industria para la defensa está inmersa en el proyecto de reconstrucción de la Argentina industrial que lleva adelante el Gobierno nacional.
LOS FELICITO HAY QUE SEGUIR DESARROLLÁNDONOS EN TODO.BUENO SERIA CREAR UN AVIÓN QUE NO LO DETECTE LOS RADARES Y AVIONES NO TRIPULADOS.SABEMOS LO IMPORTANTE QUE FUE LA AVIACIÓN EN LA GUERRA DE LAS MALVINAS, TENDRÍAMOS QUE APUNTAR DE LLENO AHÍ Y TAMBIÉN EN LOS SUBMARINOS, PODRÍAN SER PEQUEÑOS PERO CON GRAN CAPACIDAD DE TRASLADO Y DE MANIOBRA
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