Leemos a Alfredo Zaiat
El perfil preferido de ministro de Economía del mundo empresario y su
eco en medios de comunicación es un egresado de la Facultad de Economía,
preferentemente con un posgrado en una universidad de Estados Unidos, y
con vínculos como asesor o empleado en multinacionales, grupos
económicos o bancos. Esa persona es la que sabe y tiene noción sobre qué
hacer con la economía porque es un técnico no contaminado por
“ideologías”. El resto, dicen con soberbia, no entiende cómo funcionan
las leyes sagradas de la economía.
Esta construcción del “buen
economista” colisiona cuando aparece uno como Axel Kicillof, mejor
promedio de su camada, medalla de oro y con un doctorado calificado con
un diez por el Tribunal de Tesis. Se les complica aún más porque tuvo
militancia política universitaria en una organización juvenil no
partidaria y como funcionario además puede mostrar éxitos de gestión.
Trabajó en equipo en la elaboración del plan de expansión y financiero
de Aerolíneas Argentinas estatizada bajo la conducción de Mariano
Recalde, recuperando la línea de bandera vaciada durante años por el
grupo español Marsans. Integró el comando de la intervención de YPF bajo
control estatal, compañía dirigida por Miguel Galuccio. que en menos de
dos años mejoró todos los indicadores productivos, financieros y
contables.
Como director estatal en representación del 25,97 por ciento
de las acciones de Siderar, orientó a la trasnacional Techint a invertir
en la ampliación de su planta en Argentina, grupo que está ganando
mucho dinero en el país debido a que está trabajando a pleno la división
dedicada al mercado interno conducida por Daniel Novegil a partir de la
fortaleza de la demanda doméstica. El balance presentado en la Bolsa de
Comercio es más preciso que sentencias negativas de especialistas de
empresas sobre la labor de Kicillof en Siderar: en nueve meses de este
año contabilizó ganancias por 1315 millones de pesos, cuando en el mismo
período del año anterior había registrado 690 millones de pesos.
También fue el impulsor del Pro.Cre.Ar junto a Diego Bossio de la Anses,
el más ambicioso plan de financiamiento a la vivienda con gestión y
resultado exitoso. Con esos antecedentes, la principal definición sobre
la figura del nuevo ministro de Economía fue la de marxista, en otra
demostración de la vigencia de la Ley de Ook (también conocida como Ley
del Míniimo Esfuerzo) en gran parte de los analistas.
Kicillof es uno de
los más importantes investigadores argentinos de la obra de John
Maynard Keynes, economista inglés al que se lo reconoce por sus aportes a
la ciencia económica para salvar al capitalismo de la Gran Depresión
del siglo pasado.
Kicillof escribió en el libro Fundamentos de la Teoría
general. Las consecuencias teóricas de Lord Keynes que estudiarlo fue
“un descubrimiento liberador”. Sólo los promotores de la ignorancia
pueden asociar Keynes con Marx. Y un keynesiano con un marxista. Puede
haber keynesianos de derecha/ortodoxos o de izquierda/heterodoxos.
Kicillof es la segunda versión.
(...)
Un país como la Argentina, que fue un megaendeudador serial durante
cuarenta años, estaba dispuesto a entregar cualquier cosa que le
pidieran para conseguir un dólar. Los que califican hoy a la Argentina
son primos hermanos de los que le cobraban comisiones. Señores: se les
acabó el negocio con la Argentina. No estamos para eso; estamos para
otra cosa... Axel dixit
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