No
hace mucho tiempo atrás, apenas tres años, nos desayunábamos con que la
recuperada Fábrica de Aviones, comenzaba una nueva etapa bajo diversas
protestas gremiales. Como era de esperar, el común del pueblo tendió a
ponerse en los zapatos de los trabajadores, ya que es harto común ver
pisoteados sus derechos. Sin embargo, lo llamativo de la práctica era la
crudeza y el desapego desplegado por un gremio que mostraba un nivel de
combatividad exagerada. Prácticas muy comunes por entonces, en los
innumerables paros por tiempo indeterminado, mayormente en Aeroparque,
ya que era el punto donde sus medidas causaban enormes trastornos.
Era muy común ver en los noticieros, como los pasajeros debían permanecer hasta varios días haciendo "rancho" en la aeroestación porteña, padeciendo desde molestias corporales hasta la pérdida de estadías prepagadas, días de vacaciones e incluso perturbando el pesar de quienes viajaban por la pérdida de un ser querido o por razones de salud. En sencillas palabras “tomando de rehenes” a los usuarios. Demás está decir que esto a la “ asociación” poco le importaba.
Lo cierto es que en épocas de Lockheed Martin Argentina, lugar donde los good boys de la "asociación" reinaban sin oposición alguna, el clima era calmo y placentero como en la Isla de Guilligan. También es cierto que a los muchachos poco le importaba que el resto del país se incendiara en los ´90, bajo el manto de nefastas politicas que devastaron la nación. Tampoco les importaba que se borrara de un plumazo el material histórico de nuestra Fábrica de Aviones o que borraran de un plumazo 1000 trabajadores de los 2000 que componían el total del personal de planta. Menos aún, que la empresa estadounidense dejara derruir y caer a pedazos la capacidad industrial/productiva instalada en la entrañable provincia de Córdoba. Ni que hablar, que a la “asociación” no le molestara que Lockheed se deshiciera de la “chatarra” que representaban ser los utillajes del IA-58 Pucará. Total, primaba que ante el menor reclamo, los yankees bonificaban el bolsillo y sanseacabó.
En Agosto de 2010, a gran parte de la sociedad Argentina le llamó poderosamente la atención, las denuncias de los "muchachos de la asociación” referidas a “vaciamiento” , seguidas de un inusual paro de actividades que se extendió por treinta días.
Era muy común ver en los noticieros, como los pasajeros debían permanecer hasta varios días haciendo "rancho" en la aeroestación porteña, padeciendo desde molestias corporales hasta la pérdida de estadías prepagadas, días de vacaciones e incluso perturbando el pesar de quienes viajaban por la pérdida de un ser querido o por razones de salud. En sencillas palabras “tomando de rehenes” a los usuarios. Demás está decir que esto a la “ asociación” poco le importaba.
Lo cierto es que en épocas de Lockheed Martin Argentina, lugar donde los good boys de la "asociación" reinaban sin oposición alguna, el clima era calmo y placentero como en la Isla de Guilligan. También es cierto que a los muchachos poco le importaba que el resto del país se incendiara en los ´90, bajo el manto de nefastas politicas que devastaron la nación. Tampoco les importaba que se borrara de un plumazo el material histórico de nuestra Fábrica de Aviones o que borraran de un plumazo 1000 trabajadores de los 2000 que componían el total del personal de planta. Menos aún, que la empresa estadounidense dejara derruir y caer a pedazos la capacidad industrial/productiva instalada en la entrañable provincia de Córdoba. Ni que hablar, que a la “asociación” no le molestara que Lockheed se deshiciera de la “chatarra” que representaban ser los utillajes del IA-58 Pucará. Total, primaba que ante el menor reclamo, los yankees bonificaban el bolsillo y sanseacabó.
En Agosto de 2010, a gran parte de la sociedad Argentina le llamó poderosamente la atención, las denuncias de los "muchachos de la asociación” referidas a “vaciamiento” , seguidas de un inusual paro de actividades que se extendió por treinta días.
A esta altura, cualquiera que se desempeñe en la actividad privada, sabe que ante tal abuso de poder el panorama más cercano, no es ni más ni menos que el diario bajo el brazo, buscando un nuevo empleo. Sin embargo se procuró concordar e intentar sentar las bases para encarar la recuperación de las capacidades perdidas que tanto necesitamos como nación.
Pero no. Se multiplicaron los reclamos a mansalva. La insensatez, la violencia y amenazas a los propios compañeros, instalaron este panorama como el pan nuestro de cada día. Los sabotajes comenzaron a ser una herramienta reiterativa y usual, sin importar que los equipos e instalaciones le pertenecieran al común del pueblo argentino y que estos, en algunos casos eran muy difícil de reponer. Hasta un banco de motores tomaron para sí estos señores, y que luego de un año, la justicia obligó que devuelvan de manera inmediata.
Con solo mencionar algunos de los tantos sucesos denunciados; como ser la destrucción de un motor T56-A15 (SN 110945) cuyo costo de reparación para FAdeA asciende a la suma de entre cuatrocientos mil y seiscientos mil dólares (USD 400.000 y 600.000) o la ingesta intencional de una piedra por el motor T56-A15 (SN 110952) del TC66 o el daño intencional por sobrecalentamiento en el motor T56-A15 (SN 110945) o el robo de un total de 288 herramientas, correspondientes al pañol del helicóptero CZ-11 (Luria 180), todos hechos penalmente denunciados, para darse cuenta de cual era el cuadro de situación.
A estos "viejos" delitos, debemos agregarle que en los últimos días se detectaron importantes anomalías en equipos de refrigeración del Pabellón 286, que es la sala convenientemente acondicionada y equipada para la fabricación de la puerta del KC-390* (nuevo sector de materiales compuestos). Además se encontraron elementos extraños en el banco de ensayo dual, específicamente en la toma de aire de un motor T-56, a fines de causar una nueva ingesta , respondiendo claramente a una nueva tentativa de sabotaje.
A esta altura estimado lector, quiero recordarle que estas viles prácticas no atentan contra una facción, conducción o administración de gobierno, si no que atenta contra nuestro patrimonio nacional, nuestro desarrollo y el futuro de nuestros hijos y nietos.
Dos puntos de gran importancia a resaltar son; que esta tentativa fue detectada por los trabajadores mismos de FAdeA, quienes son los primeros interesados en que la fábrica de aviones funcione y por otra parte que esta "asociación" traidora a la patria, se encuentre cada vez más reducida dentro de la Fábrica de Aviones "Brig. San Martin", ya que el grueso del plantel (90%) optó por desafiliarse, generando dos nuevas representaciones gremiales.
Más allá de las diferencias y de las banderas políticas, nuestra nación como un todo, se ganó por derecho propio el manejo de sus propios destinos a través del sufragio universal y del respeto de las libertades, donde ya no es admisible que un minúsculo grupo de mafiosos, se permita a través de prácticas delictivas, destruir nuestros bienes con fines meramente extorsivos.
* NdR: El proyecto KC-390 trata de la construcción de un avión de transporte que impulsa Brasil, a través de Embraer, del que participa Argentina entre otros países.
Nota del Diario La Voz del Interior (2012), perteneciente al Grupo Clarín
Vivimos en un mundo en el cual la tecnología de cámaras y de equipos de seguridad hacen imposible la "invisibilización" de practicamente cualquier tipo de suceso.
ResponderEliminarSupongo que en un lugar tan sensible como una fábrica de aviones ARGENTINA, tanto el acceso como el egreso del personal autorizado como así también el control de las operaciones que se realizan en cada área, deberían ser objeto del más riguroso control 24 x 7, por encima y por un interés mucho más importante que el de eventuales intereses ó conflictos gremiales.
La salvaguarda de nuestra integridad soberana y nacional también debería ser tan importante como el impulso a nuestra industria aeroespacial.
Analogamente, el ó los responsables de semejantes intentos deberían ser detenidos y sometidos a juicio.
Saludos