Leemos a Alfredo Zaiat
La compra del 22,6 por ciento del paquete accionario del control de
Telecom por el financista mexicano residente en Nueva York David
Martínez revela tres cosas. Una, existe interés de inversores
extranjeros en Argentina pese a lo que afirman nostálgicos de las crisis
y el ajuste. Dos, el gran empresariado nacional sigue ausente como
sujeto económico dinámico del capitalismo local. Tres, si bien la Anses
es accionista pasivo al poseer el 25 por ciento del capital de esa
telefónica, el Gobierno dejó pasar la oportunidad de que el Estado
ingrese en forma inmediata como operador directo en un sector
estratégico del desarrollo mientras maduran las inversiones de Arsat.
(...)
El mismo día que se conoció el reportaje de David Martínez al diario de
finanzas The Wall Street Journal, donde ponderó las posibilidades de
crecimiento argentino, los principales representantes de las cámaras
empresarias se reunieron a almorzar en el Palacio Duhau. Martínez afirmó
al TWSJ que “Argentina presenta increíbles oportunidades de crecimiento
a largo plazo, en mi opinión las mayores en América latina. Hay un
valor enorme en la empresa. Claramente, los títulos argentinos están
deprimidos, pero el potencial es abrumador”. Mientras, representantes de
las dos grandes asociaciones de bancos privados (nacionales y
extranjeros), de la Cámara de la Construcción, la Sociedad Rural, la
Unión Industrial y Asociación Empresaria Argentina (AEA), esta última
conducida por Héctor Magnetto (Clarín) y Paolo Rocca (Techint), se
reunieron para convencerse de que el Gobierno atenta contra la inversión
privada.
(...)
Esos 960 millones de dólares [NdR: los que invertirá Fintech en la compra de Telecom] son equivalentes a los que el Banco Central
pierde en sólo un mes por el turismo de clases acomodadas. La
experiencia en la petrolera nacional YPF, como en AySA con el servicio
de aguas y cloacas, en el Correo o en Aerolíneas Argentinas, refleja que
sólo el Estado invierte para una profunda expansión de sectores
estratégicos, ya sea para recuperar el autoabastecimiento energético,
para brindar servicios esenciales a la población o para interconectar
ciudades en un territorio extenso como Argentina. Entre otros aspectos
estructurales de inversión, proveedores nacionales y desarrollo
tecnológico local, el Estado hubiese podido actuar con Telecom estatal
como empresa testigo para evitar los actuales abusos a los consumidores
de las telefónicas y prestadores de conexiones a Internet. Teniendo en
cuenta además la brusca presentación en el escenario económico local de
la restricción externa, se requiere de decisiones estructurales con
mirada estratégica sobre el flujo de divisas futuro. La inversión
extranjera asegura que habrá presiones sobre el mercado cambiario al
momento de la remisión de utilidades.
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