miércoles, 20 de octubre de 2010

Deportaciones

Dados los recientes y publicitados casos de xenófobas deportaciones de ciudadanos argentinos por parte de las autoridades migratorias del Reino de España, creo que en honor a una historia de fronteras generosas de la que se aprovecharon muy bien, entre otros pueblos, aquellos provenientes de la Península Ibérica -ya sea por hambre, ya sea por exilio- Argentina debería ponerse un tanto más firme con las autoridades del Estado español. Alguito, no?

Las expresiones del vicecanciller Dalotto, del otro día, me parece que no tuvieron la firmeza de un país que recuperó su orgullo como nación soberana (orgullo que por suerte está lejos del nacionalismo pedorro), pero que nos permitió, entre otras cosas,  dejar atrás la reconquista que en los 90 emprendió la "madre patria".

No creemos en la práctica del ojo por ojo, pero en cuestiones migratorias la "reciprocidad" es política de aplicación, tomemos por caso el otorgamiento de visas y sus costos. Oportunamente Brasil le demostró a los Estados Unidos lo feo que es maltratar a los viajeros en los aeropuertos. No se si ello modificó algo respecto a los brasileros en EUA, pero en su momento preocupó el tema a las autroidades de la potencia del norte.

Nada peor que la prepotencia del nuevo rico, y más cuando ve peligrar su novedosa posición. No sea cosa que la crisis haga emerger una vez más a la España migratoria. Tal vez habría que recordarles lo dinámico de los procesos históricos.

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