Golpear a Cristina golpeando a Moyano

Montados sobre el prejuicio clasemediero que aborrece al sindicalismo de piel morena y "pretensiones desmedidas" (alguna vez un profesional universitario me decía ofendido que no podía ser que un camionero ganara igual o más que un ingeniero -seguramente no se refería a Macri-), a la oposición le vino como anillo al dedo el pedido del Ministerio Público Fiscal de Suiza que solicitó a la Justicia argentina información sobre la supuesta participación del cuco Hugo Moyano y su familia en los movimientos de dinero de la empresa Covelia, cuyo titular es el empresario Ricardo Depresbiteris (al que La Nación acusa de nuevo rico), que realiza tareas de recolección de residuos en el conurbano bonaerense, y a la cual el ingeniero y viajante Mauricio Macri quiere impedirle su ingreso a la Ciudad de Buenos Aires prorrogando indefinidamente los contratos actualmente vencidos en favor de otros empresarios.

A una oposición a la que se le caen todas las fichas golpear a Moyano le sirve X 2. Ayer a la tarde TN reiteraba, al estilo de las acusaciones contra el programa 678, imágenes de Moyano con la presidenta. Objetivo número 1. Pero hay un segundo objetivo que no es menor. Voltear a una dirigencia sindical que pugna por devolverle la dignidad a los trabajadores, a través de la lucha por la redistribución del ingreso. Al poder le son funcionales dirigentes como Barrionuevo (el modelo sindical que ofrece Duhalde y no casualmente aplastado en las elecciones de Catamarca) y el Momo Venegas, ese muchacho que recientemente firmara una solicitada en conjunto con las patronales agropecuarias solicitando postergar el tratamiento legislativo del proyecto que fortalece los derechos de los trabajadores rurales. Actitud que se encuentra en las antípodas de la historia de militancia sindical del compañero Hugo Moyano.