A través de las páginas de La Nación, el amigo Carlos Pagni -sí, ese que fue descubierto in fraganti traficando carne podrida utilizando como soporte a la prensa independiente- les dice a sus lectores -y a otros como uno- que existen "señales de que el modelo ha muerto".
"En su discurso ante el Congreso, Cristina Kirchner no sólo evitó cualquier referencia a la inflación, sino que también puso en evidencia que no comprende los factores que la determinan ni advierte sus consecuencias", o las que él y sus amigos desearían que ocurran, debió aclarar. "Tampoco se preguntó cuánto tendrá que ver el incremento de la recaudación, que la llena de orgullo, con el incesante aumento de los precios", agrega pretendiendo desconocer que la recaudación tributaria no sólo depende del IVA.
Y continúa: "El célebre tipo de cambio competitivo también se esfumó. Los analistas privados auguran que, para fin de este año, la paridad con el dólar expresará una competitividad equivalente al 1 a 1 de los años 90."
Casualmente, hoy leo a Zloto -un tipo para nada kirchnerista- que dice: "Medir bien implica no sólo considerar la paridad entre el peso y el dólar junto con los precios de la Argentina y los Estados Unidos, sino también la paridad con las monedas del resto de los países con los que hay comercio y sus respectivas inflaciones. Por ejemplo, en primer lugar hay que tomar en cuenta la enorme apreciación del real y el consecuente encarecimiento en dólares de los productos del principal socio comercial de la Argentina. Puesto toda en la bolsa se llega a que el tipo de cambio real multilateral, que es la manera correcta de evaluar si hay o no atraso cambiario, está un 70 por ciento por arriba de diciembre de 2001".
Para abundar en datos que aporten a su pronóstico de muerte, Pagni agrega: "Tal vez, el dato más inquietante que la Presidenta omitió es la caída del superávit comercial. En 2009 fue de US$ 17.000 millones; en 2010 bajó a US$ 12.000 millones, y para este año podría reducirse a US$ 7500 millones". Para el traficante de noticias esto nada tiene que ver con el creciente nivel de consumo y la mucha o poca voluntad de inversión de los empresarios. Los que quieren invertir compran bienes de capital en el exterior para aumentar la producción, y los que no prefieren importar bienes de consumo y es hacia ellos que se aplican medidas de protección que tanto enfueren a La Nación y a Clarín.
"El Gobierno sigue cebando el consumo, pero el modelo "productivo" produce cada vez menos", dice ocultando por caso los datos de producción en Tierra del Fuego.
Dijo la Presidenta en su discurso ante la Asamblea Legislativa: "cuando estaba preparando los números, la llamé a Mercedes Marcó del Pont, la titular del Banco Central, y le dije que por favor me enviara la nómina de entidades financieras en las cuales me desagregara cuánto han prestado para consumo, cuánto para hipotecas, cuánto para pymes, cuánto para capital de inversión, cuánto para capital de trabajo, porque es así como tenemos organizado nosotros el análisis de lo que ha hecho y cómo se ha transformado la gestión del Banco Nación del año 2003 a la fecha.
Con curiosidad y pese a que por el Banco Central han pasado muchos economistas de mucho lustre mediático, estos datos no han podido obtenerse porque nunca se ha desagregado en las 35 entidades financieras que envían su nómina al Banco Central, nunca se ha hecho un estudio de cómo prestan. Las características son muy difusas.
Para decirles dos temas: por ejemplo, en materia de créditos hipotecarios, es la banca pública, a través del Banco Nación, primero, del Banco Provincia de Buenos Aires después, y del Banco Hipotecario la que lidera el préstamo hipotecario con casi el 65 por ciento de los préstamos hipotecarios. Cuando vamos al préstamo de consumo, es exactamente a la inversa, es donde hay mayor rentabilidad y mayor tasa de retorno, es allí donde lideran, precisamente, las entidades privadas.
Me gustaría decirles los números de nuestro Banco Nación, y cuando hablo de nuestro Banco Nación hablo del de todos, del de todos los representantes de los pueblos y de las provincias que están sentados también hoy en este ámbito: en el año 2003, el Banco Nación prestaba en su cartera a las pymes el 8 por ciento de sus préstamos y el 50 por ciento era para las grandes corporaciones, para las grandes empresas; hoy se ha revertido esta tendencia y el 45 por ciento va a las pymes y el 20 por ciento a las grandes empresas".
De ello extrae el inefable Pagni: "La señora de Kirchner dijo en su discurso que le había pedido a Mercedes (Marcó del Pont, presidenta del Banco Central) que le enviara las estadísticas de préstamos bancarios. Se asombró de que Marcó no pudiera dárselas porque, según le dijo, no existen. Sin embargo, los datos que reclamaba la Presidenta están en la página web del Central. Y si la jefa de esa entidad los hubiera informado, habría advertido que el Banco Nación ha sido durante 2010 uno de los que menos incrementaron su volumen de préstamos privados. Con un 22%, sólo supera al HSBC. La Presidenta debería recordar que la mayor parte de los fondos disponibles del Nación se destinó a financiar el exorbitante gasto de su gobierno".
No por trillada la siguiente frase de Don Juan Tenorio te cabe Pagni & Cía. “Los muertos que vos matáis gozan de buena salud", mal que les pese...
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