jueves, 24 de marzo de 2011

Ocaña

Resulta que ahora la tránsfuga de Gracielita Ocaña se la pasa recorriendo los medios para dar cátedra de moral. Acaso alguien  se olvidó de las condiciones socio-sanitarias en las que se enmarcó su raje del Ministerio de Salud?

Veamos qué decía, por caso, Clarín:

"La gripe A se cobró la primera víctima política en el país. Se trata de Graciela Ocaña, quien este mediodía renunció a su cargo de ministra de Salud de la Nación. Su alejamiento de la cartera sanitaria no sorprende. Desgastada, primero por la epidemia de dengue y después por la pandemia de la nueva gripe, en los últimos días habían circulado versiones sobre la inminente dimisión de la funcionaria. (...) Cuando se multiplicó la cifra de muertes por la gripe A (llegando a ser 28 las víctimas confirmadas) y la Argentina pasó a ocupar el tercer lugar en el ránking de víctimas fatales de esta enfermedad, su suerte ya estaba echada." 

La actitud de Gracielita bien cuadra en la sentencia popular que reprocha eso de ver la paja en el ojo ajeno, y no la viga en el propio.

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