miércoles, 15 de diciembre de 2010

Dos comentarios dos

Todo indica que la toma de tierras se va encarrilando por el camino del diálogo y la negociación. Perdió, una vez más, la violencia, a pesar de que se llevó algunas vidas; hechos que deberán ser esclarecidos por la justicia. Una vez más el Gobierno nacional demostró que con odio y represión no se solucionan los problemas que aún arrastra nuestra sociedad. Los agrava.

Y ya que hablamos de problemas sociales, debemos destacar que, más allá de lo inducido o no del conflicto, el mismo representa un salto cualitativo de la demanda respecto a los conflictos de comienzos de siglo. Macri, cual nabo titulado, dijo el otro día que había más pobreza que hace 10 años. Chicana berreta y desinformada. Mucha de la gente que tomaba el Parque (sic) Indoamericano no sólo tenía miedo a los violentos sino además a perder su trabajo por permanecer allí. Informal pero trabajo al fin. Lejos están de nadar en la comodidad económica, pero ahora el reclamo (y eso debemos atender) es por más y mejor vivienda. Indudablemente eso señala un avance y un llamado de atención para frenar la burbuja inmobiliaria que ha disparado los valores de las viviendas en general a cifras difíciles de alcanzar.

Y como no hay dos sin tres, un último comentario para los vecinos que vomitaron odio y racismo. Cumplan a conciencia con sus obligaciones ciudadanas (paguen los impuestos en serio, entreguen ticket los comerciantes, no paguen coimas por infracciones de tránsito, no le tiren su basura a la puerta del vecino, etc.) y luego lávense la boca con jabón blanco. Bien blanco.

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