Cuando me indigno pensando en el grado obsceno de mercantilización en el que ha caído la salud humana, no puedo evitar compararme con esas miss universo que declaman sus deseos en pos de la paz en el mundo.
Pero podemos permitirnos resignarnos a la derrota luego de todo lo que hemos logrado recuperar en la Argentina a partir de la irrupción de Néstor en la política nacional, en aquel glorioso 2003? Por ello, no puedo dejar de pensar que más allá de los intereses en juego (económicos y por qué no también de compañeros) no podemos abandonar el proyecto de alcanzar un sistema nacional de salud, público y obligatorio. Univeral y de calidad.
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