En el día de ayer, el ministro de Economía, Amado Boudou, se reunió con las Comisiones de Legislación General y Legislación del Trabajo y Justicia, de la Cámara de Diputados de la Nación, para explicar los alcances de la reforma a la Ley de Quiebras presentada por el Poder Ejecutivo que de aprobarse apoyará a los trabajadores que decidan tomar el control de empresas quebradas por sus propietarios.
Boudou destacó la importancia de esta reforma ya que “se trata de incorporar a los trabajadores a la propiedad de las empresas” y aseguró que “no es una solución transitoria sino una solución definitiva”.
Junto al Ministro participaron del encuentro el viceministro de Economía, Roberto Feletti, el presidente de la Confederación Argentina de Cooperativas de Trabajo, José Sancha De Diego, y el dirigente del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas, Luis Caro, quien afirmó que "para nosotros es una conquista que el Gobierno esté impulsando esta ley, que recoge nuestras demandas”.
Según detalla Página/12, "el proyecto del Gobierno consta de 16 artículos con varias modificaciones a la ley vigente, que data de 1995 y fue diseñada por el entonces ministro Domingo Cavallo. Esa norma restringió derechos a los trabajadores y apuntó a apurar los trámites de disolución de las empresas caídas. Los objetivos en este momento son exactamente los contrarios. En primer lugar, el cambio más importante es que se establece la continuidad automática de las compañías quebradas, cuya propiedad y gestión pretenda ser asumida por una cooperativa de trabajadores. En lugar de liquidar sus bienes en un plazo máximo de cinco meses, la cooperativa tiene 24 meses para llegar a un arreglo con los acreedores hipotecarios o prendarios, cuyos derechos no desaparecen".
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