La sala de audiencias del Tribunal Oral Federal de Resistencia se vio colmada por familiares y amigos de desaparecidos, ex presos políticos, funcionarios y periodistas en lo que fue la lectura del acta de entrega de los restos de Luís “Lucho” Díaz a sus parientes. Díaz es una de las al menos 22 víctimas que tuvo la Masacre de Margarita Belén.
El breve acto se realizó pasado el mediodía de este viernes, a pocos minutos de que finalice una nueva audiencia en el marco del juicio por el fusilamiento de presos políticos el 13 de diciembre de 1976. De la ceremonia, además de los parientes de Lucho, participaron los familiares de Fernando Piérola, también víctima de la Masacre; los funcionarios provinciales y ex presos políticos, José Luís Valenzuela y Silvia Robles; el delegado local de la secretaría de Derechos Humanos, Darío Gómez; el abogado de Derechos Humanos, Mario Bosch; la militante de HIJOS, Dafne Zamudio y el ex diputado provincial, Daniel San Cristóbal, entre otros.
Luego de que hicieran su entrada los jueces del Tribunal Oral Federal, Gladis Yunes, Eduardo Belforte y Luís González, por secretaría se leyó el acta por el cual el miembro del Equipo de Antropología Forense, Miguel Nieva, hizo entrega de los restos óseos a los familiares de Díaz. Asimismo se aclaró que una parte de ellos se dejará almacenados en el depósito judicial como un elemento de prueba disponible para los juicios por crímenes de lesa humanidad que aún se sustancian.
Tras la lectura, y a pesar de que Yunes pidió a los presentes en el recinto evitar cualquier expresión emotiva dentro de las instalaciones, los asistentes dedicaron un cerrado aplauso para Lucho y a viva voz repitieron: “Lucho Díaz, ¡presente!”. “Quiero agradecer a todos, a sus compañeros de trabajo, de militancia, les agradezco que nos hayan acompañado hasta este momento”, dijo una emocionada Norma Cajal, compañera de Lucho.
Adiós, Lucho Díaz
Por Marcos Salomón
Luis Alberto Díaz, más conocido como Lucho, es una de las víctimas de la Masacre de Margarita Belén. Su cuerpo fue enterrado en el cementerio de Resistencia “San Francisco Solano”, sin embargo su identidad y la verdadera razón de su muerte, recién fue develada 30 años después por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).
Y este viernes, en el Tribunal Oral Federal de la calle Yrigoyen, sus restos serán restituidos a su familia. Ahí estarán su hijo Martín, su compañera Norma Cajal, su medio hermano Juan Manuel Roldán, familiares, ex presos políticos, y compoblanos llegados de Mercedes (Corrientes).
Todos para recordarlo durante dos días: primero, dándole la sepultura que no pudo tener, después en la Casa por la Memoria (donde fue torturado cuando ahí funcionó la Brigada de Investigaciones), para cerrar el sábado en el Centro Cultural Alternativo, del Instituto de Cultura, con una gran celebración popular, chamamés mediante.
Lucho sólo pudo ver a su hijo Martín, por unos segundos, mientras estaba clandestino en Corrientes, hacia donde viajaron Norma y Juan Manuel para posibilitar ese único encuentro.
PRESENTE
A Lucho Díaz “lo sacan (de su celda) y después lo traen a la rastra”. Es uno de los torturados salvajemente en el comedor antes de fraguar su traslado a Formosa. “Lo vuelven a sacar para torturarlo y lo traen (otra vez) arrastrando con sangre en la boca y los oídos”, declaró Mario Mendoza en el juicio oral y público por la Masacre de Margarita Belén. Así fue su último día.
Oriundo de la ciudad de Mercedes –Corrientes-; donde transcurre su infancia y adolescencia. Era muy pequeño cuando muere su padre -Moyo Díaz Inurriteguy-, no obstante conservaba un especial reconocimiento por su generosidad. Por eso, cada año, organizaba una jornada de festejos, dedicada al pueblo mercedeño, que llamaba el Día Casi ideal de los Pobres.
Creció al borde del Paiubre (un arroyo pintoresco que dio primer nombre al pueblo) y siendo alumno secundario fundó una peña folclórica; la música y la danza lo acompañarán por siempre y serán su sello y carta de presentación. En el año 1969, integró la delegación que representó a Corrientes en el Festival de Cosquín.
Lucho fue uno de los creadores del conocido grupo chamamecero Los de Imaguaré, junto con Julio Cáceres y otros jóvenes mercedeños.
Justamente, por su canto fue reconocido en la Brigada de Investigaciones, cuando estaba encerrado en un calabozo. Comenzó a cantar el popular chamamé Adiós ciudad de Mercedes (de Ferradas Campo) y así es confirmada su presencia por otros presos políticos como Carlos Aguirre.
IRRECUPERABLE
La sensibilidad y compromiso social llevaron a Lucho a buscar lugares por donde encausar sus ideales. Se unió a la militancia universitaria en un contexto universal de cambios y en una Universidad Nacional del Nordeste politizada hasta sus cimientos.
Luego se afilió y militó en la Juventud Universitaria Peronista, donde se afianzó su búsqueda de justicia social dentro de un proyecto de liberación nacional.
Trabajaba en el Poder Judicial de la Provincia del Chaco. Era secretario del sindicato que aún representa a los trabajadores: Sindicato de Empleados Judiciales de Chaco (SEJCh). Participó en una trascendente medida de fuerza para obtener lo que hoy se conoce como Ley de Enganche.
En un “cónclave” de militares y policías, realizado en la Brigada de Investigaciones, le advirtieron a Díaz: “No hay caso, a vos hay que matarte, estás muy convencido”. Así declaró su medio hermano Juan Manuel Roldán, testigo de esa amenaza.
ÉTICA Y RESPONSABILIDAD
ANTES DEL CALVARIO
“Quiero destacar tres hechos que hablan de su responsabilidad y compromiso con las obligaciones que asumía”, comentó Norma Cajal.
“En ese año (1976) en que se desata el horror jamás pensado, Lucho renueva la prórroga de excepción al servicio militar obligatorio en razón de cursar sus estudios universitarios. También rinde una materia de su carrera (Ciencias Económicas), sería su último examen”, recordó.
“La virulencia del Proceso muy pronto comenzó a destruir todas las organizaciones sociales, el sindicato de trabajadores del Poder Judicial fue intervenido, sus miembros detenidos, se ve obligado a trasladarse. Presenta la renuncia al cargo”, añadió.
En ese “cónclave” policíaco-militar de la Brigada, donde se decidía sobre la vida y la muerte de las personas, a Díaz le ofrecieron liberar a su medio hermano a cambio de hablar. Pero se limitó a pedirle a Juan Manuel que aguante.
LA METODOLOGÍA
DEL TERROR
Lucho fue secuestrado en Corrientes, entre enero y febrero de 1976. Antes de su muerte, sufrió el ensañamiento feroz de sus captores, para ser fusilado, junto a un grupo de aproximadamente 30 presos políticos, en la triste madrugada del 13 de diciembre de 1976.
“Nosotros esperamos se haga justicia. Por nosotros y las generaciones futuras, levantamos la bandera de la democracia para que Nunca Más perdamos el Estado de Derecho con plena vigencia de las garantías individuales”, pidió Norma Cajal.
En la Brigada de Investigaciones, los hermanos Carlos y Julio Aranda, también oriundos de Mercedes, lo reconocieron en su celda. Lucho los saludó y ahí, vieron que le faltaba la uña de un dedo. “Se habían ensañado con él, entre otras cosas, le arrancaron las uñas de los dedos con un tenaza”, relató un testigo en el juicio por la Masacre.
ADIÓS CIUDAD
DE MERCEDES
Quien conoce Mercedes, sabe de su arraigada localía. Pero también es cierto que por distintas razones, los jóvenes migran, generalmente hacia las capitales de provincia. Entonces, la nostalgia puede más que el olvido y aflora la añoranza.
Para esos momentos, Lucho tenía una canción que expresaba en sus letras todo su sentir: Adiós ciudad de Mercedes.
La cantaba en cada visita que hacía a su ciudad natal: cuando llegaba y cuando se despedía.
El informe del EAAF confirma que su muerte fue por un balazo en la cabeza.
“… Pero si el destino quiere que sufra como un varón te digo de corazón
-¡Adiós, ciudad de Mercedes!”…
Fuente: Chaco día por día
Hay que revisar la atuación de la "pitonisa" Lilita en fiscalía del Chaco en esas épocas ... y Margarita Belén también...
ResponderEliminarEn eso ya anda la familia Papaleo:
ResponderEliminar"El empresario Osvaldo Papaleo aseguró ayer que tanto él como su hermana, Lidia Papaleo de Graiver, iniciarán acciones legales contra la diputada Elisa Carrió, quien en declaraciones periodísticas los había acusado de haber recibido plata de la SIDE. “Lidia tiene autoridad moral que ella no tiene”, señaló.
“Le vamos a explicar que se equivocó, que no somos (Mario) Pontaquarto”, dijo Papaleo, en alusión al ex secretario parlamentario que confesó haber recibido y repartido dinero de la SIDE durante el gobierno de la Alianza para el pago de sobornos para aprobar la ley de flexibilización laboral.
“Ella –señaló sobre Carrió– fue funcionaria judicial en Chaco durante la dictadura, mientras mi hermana era violada y perdía sus órganos víctima de las torturas.” (Página 12 de hoy)