¿Y para qué vivir, si ya no tienes fe en tu hermano, al que no amas ya? ¡Ya no me digas que se siente! Si no se cambia hoy, no se cambia más... Y tus hijos sabrán, que vendiste tu amor... L. A. Spinetta
Es verdad, despues de leer ayer el post de Aldo Ulises Jarma se entiende un poco más todo. Se perdió ¨ese tiempo¨ que nos permitía contactarnos con nosotros mismos, leer un libro sin interrupciones, escuchar con detenimiento una música, hablar con alguien sin estar apurado. Eso también se perdió, el tiempo.
Don Arturo: dígame ¿por qué fue tan hermosa esa època?
ResponderEliminarSerá Ana, tal vez, la nostalgia con la que miramos nuestros tiempos idos..., o a caso esta sociedad del hiperconsumo que degrada todo a su paso?
ResponderEliminarEs verdad, despues de leer ayer el post de Aldo Ulises Jarma se entiende un poco más todo.
ResponderEliminarSe perdió ¨ese tiempo¨ que nos permitía contactarnos con nosotros mismos, leer un libro sin interrupciones, escuchar con detenimiento una música, hablar con alguien sin estar apurado. Eso también se perdió, el tiempo.
Un abrazo.