La deuda de Grecia, una espiral mortal hacia el default
Por: Paul Krugman
Fuente: Clarín - THE NEW YORK TIMES
Fuente: Clarín - THE NEW YORK TIMES
La crisis de la deuda griega se está acercando al punto de no retorno. Un plan de rescate parecen estar desvaneciéndose, en gran parte gracias a la terquedad de Alemania, los inversores, nerviosos, han llevado a las nubes las tasas de interés de los bonos del gobierno griego, lo que implica un marcado aumento en los costos que el país debe pagar por los préstamos.
Esto obligará a Grecia a endeudarse aún más, lo que seguirá debilitando la confianza. ¿Cómo escapar a esta espiral mortal hacia el default? Es una lección para el resto. ¿Pero qué nos enseña exactamente?
Grecia está pagando el precio de su irresponsabilidad fiscal. Pero además pone de manifiesto el peligro extremo que plantean las políticas monetarias deflacionarias. Los funcionarios estadounidenses deberían tomar nota.
La deuda pública griega, de un 113% del PBI pero otros países enfrentaron niveles similares de deuda sin sufrir una crisis. Por ejemplo, en 1946, Estados Unidos, que acababa de salir de la II Guerra Mundial, tenía una deuda federal igual al 122% de su PBI. ¿Cómo hizo el gobierno de los EE.UU. para saldar la deuda contraída durante la guerra? En realidad, no lo hizo. A fines de 1946, el gobierno federal debía 271.000 millones de dólares; a fines de 1956 esa cifra se había elevado ligeramente a 274.000 millones. La proporción deuda-PBI se redujo no porque bajara la deuda sino porque aumentó el PBI, que se duplicó en dólares a lo largo de una década. Este aumento del PBI en dólares casi en igual medida fue resultado del crecimiento económico y la inflación, ya que el PBI real y el nivel general de precios subieron alrededor de un 40 por ciento entre 1946 y 1956.
Lamentablemente, Grecia no puede esperar similares resultados. ¿Por qué? Por el euro.
Hasta hace ser miembro de la eurozona parecía algo bueno para Grecia, ya que le permitía tener crédito barato y abundante ingreso de capitales. Pero ese ingreso de capitales también produjo inflación. y cuando terminó el baile, Grecia se encontró con costos y precios que no concordaban con los de las grandes economías de Europa. En un tiempo, los precios griegos tendrán que volver a bajar. Y eso significa que Grecia verá agravada su deuda por la deflación.
Este es un proceso doloroso, que invariablemente afecta el crecimiento y el empleo. De modo que Grecia no podrá crecer para desendeudarse. Por el contrario, tendrá que vérselas con la deuda en medio de una economía que, en el mejor de los casos, está estancada. En consecuencia, la única forma en que Grecia podría mitigar el problema de la deuda sería con recortes de gastos y aumentos de impuestos salvajes, medidas que agravarían el índice de desempleo. Por eso, no es de extrañar que los mercados de bonos estén perdiendo la confianza y llevando la situación al borde del precipicio.
¿Qué se puede hacer? Grecia podría aliviar algunos de sus problemas saliendo del euro y devaluando. Pero cuesta imaginar cómo podría hacer eso sin provocar una catastrófica corrida bancaria. En realidad, los preocupados ahorristas ya han comenzado a retirar dinero de los bancos griegos. Para esto no hay buenas respuestas.
¿Cuál es la lección para EEUU? Debemos tener responsabilidad fiscal. Abordar las cuestiones de largo plazo importantes como los costos de salud. No hacer gestos grandilocuentes y ponernos avaros con los gastos de corto plazo para ayudar a una economía en apuros. Evitar la deflación o incluso una inflación excesivamente baja. A diferencia de Grecia, no estamos atados a la moneda de otro. Pero, como ha demostrado Japón, hasta los países que tienen moneda propia pueden caer en la deflación.
Lo que más me preocupa de la situación estadounidense actual es el creciente clamor de los halcones de la inflación, que quieren que la Fed suba las tasas (y que el gobierno federal reduzca el estímulo) aun cuando el empleo apenas ha comenzado a recuperarse. Si se salen con la suya, eternizarán el desempleo masivo. Y además, la deuda pública de los EE.UU. será manejable si volvemos a un crecimiento vigoroso y una inflación moderada. Pero si se imponen los partidarios del dinero escaso, eso no va a ocurrir. y puede pasar cualquier cosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario