Ahora se pagan las consecuencias de una mala instrucción y de una mala transición
El juez Baltasar Garzón está acostumbrado a instruir sus casos de acuerdo a sus propias apetencias personales desde la perspectiva de que el fin justifica los medios. Mientras este tipo de actuaciones han ido contra la izquierda abertzale, construyendo incluso la teoría de que «todo es ETA», ha sido comúnmente jaleado. Cuando ha afectado a alguno de los dos grandes partidos españoles (ayer con el GAL-PSOE y hoy con Gürtel-PP) ha sembrado división de opiniones. Y al final, al tocar los crímenes del franquismo, se ha acabado encontrando con la horma de su zapato.
Pero aquí hay que distinguir dos cosas. Baltasar Garzón es un juez que hace años que viene actuando como en este caso. Ha metido en la cárcel a vascos inocentes y ante él han pasado torturados a los cuales ha ignorado. Por lo tanto, está muy lejos de ser un adalid de los derechos humanos. Y quienes ahora se escandalizan de que no se puedan juzgar los crímenes del franquismo o de que las varias falanges (incluida Manos Limpias) campen a sus anchas, recuerden que ello es fruto de lo que siempre vendieron como «modélica transición española». Déjense, por tanto, de hipocresías.
El juez Baltasar Garzón está acostumbrado a instruir sus casos de acuerdo a sus propias apetencias personales desde la perspectiva de que el fin justifica los medios. Mientras este tipo de actuaciones han ido contra la izquierda abertzale, construyendo incluso la teoría de que «todo es ETA», ha sido comúnmente jaleado. Cuando ha afectado a alguno de los dos grandes partidos españoles (ayer con el GAL-PSOE y hoy con Gürtel-PP) ha sembrado división de opiniones. Y al final, al tocar los crímenes del franquismo, se ha acabado encontrando con la horma de su zapato.
Pero aquí hay que distinguir dos cosas. Baltasar Garzón es un juez que hace años que viene actuando como en este caso. Ha metido en la cárcel a vascos inocentes y ante él han pasado torturados a los cuales ha ignorado. Por lo tanto, está muy lejos de ser un adalid de los derechos humanos. Y quienes ahora se escandalizan de que no se puedan juzgar los crímenes del franquismo o de que las varias falanges (incluida Manos Limpias) campen a sus anchas, recuerden que ello es fruto de lo que siempre vendieron como «modélica transición española». Déjense, por tanto, de hipocresías.
Fuente: Gara
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