jueves, 9 de junio de 2011

Recordamos el levantamiento en defensa del gobierno popular

Un 9 de junio del año 1956 se iniciaba una insurrección cívico-militar peronista comandada, entre otros, por el General Juan José Valle. La acción, que pedía la vigencia del Estado de Derecho, es sangrientamente reprimida.

La rebelión preparada por un grupo de oficiales y suboficiales del ejército dados de baja luego del golpe de estado que había derrocado al gobierno de Juan Perón en nombre de la democracia, es abortada por el gobierno de facto, desde el primer día al tanto de los planes de los conjurados.

Los objetivos del movimiento revolucionario, explicitados en la proclama redactada por el poeta Leopoldo Marechal consistían en la restauración “del Estado de Derecho mediante la vigencia plena de la Constitución Nacional”, la convocatoria a “elecciones generales en todo el país en un plazo no mayor de 180 días”, la declaración de una “amnistía general y derogación de todos los decretos y medidas discriminatorias dictados por razones ideológicas o políticas”, la libertad de los presos políticos, la “reincorporación de los empleados y obreros despedidos arbitrariamente por razones ideológicas o políticas”, la “rehabilitación de los partidos políticos privados de personería y plena libertad para la formación de nuevas fuerzas”, así como la revisión de las medidas económicas que lesionaran el interés nacional, la devolución de los sindicatos a los trabajadores y la reincorporación de los militares dados de baja por razones políticas.

Sorprendidos antes de empezar, mientras en José León Suárez era ametrallado un grupo de civiles que habían sido arrestados horas antes en la localidad de Florida, comienzan en La Plata los primeros fusilamientos. La ordalía que se prolongará durante tres días, hasta que el general Juan José Valle, máximo responsable de la rebelión, que había conseguido eludir la represión, se presentó voluntariamente a fin de detener los asesinatos.

No obstante las garantías que se le habían ofrecido, Valle fue fusilado el 12 de junio en el patio de la Penitenciaría Nacional. Los alevosos fusilamientos de 1956, sumados al anterior bombardeo a la Plaza de Mayo por la aviación naval, fueron el puntapié inicial del proceso de violencia que ensangrentó al país durante los siguientes treinta años.

Fuentes: Télam y propias

2 comentarios:

  1. Es importantísimo destacar y rescatar la figura de Valle, un hombre íntegro que tuvo el coraje de asumir su responsabilidad. Los cobardes fusiladores que lo mataron todavía tienen su nombre en plazas y calles. Nunca pagaron los bombardeos que costaron la vida de civiles indefensos.
    Trocar las figuras de la historia para nuestra conciencia colectiva, es una tarea ineludible. Y Valle es en ese sentido, un héroe.
    Saludos

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