¿Y para qué vivir, si ya no tienes fe en tu hermano, al que no amas ya? ¡Ya no me digas que se siente! Si no se cambia hoy, no se cambia más... Y tus hijos sabrán, que vendiste tu amor... L. A. Spinetta
martes, 1 de septiembre de 2009
Espías de nuestra noble (sic) causa nos anticipan la inminente tapa de Clarín
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