viernes, 25 de septiembre de 2009

Ratas de albañal


Mientras el poder mediático utiliza el nombre de personas entrañables, como la figura del eterno Adolfo Castelo, para salvar sus negocios, sus voceros políticos utilizan todo tipo de artimañas para frenar la nueva ley de medios, ahora desde el Senado. Sueñan con su gloriosa noche de la 125 bajo la bendición del infame Cleto Cobos, de quien hablaremos en un próximo post...

Ayer en el Senado los argumentos de la oposición reaccionaria fueron lamentables. Ningún cuestionamiento técnico, sino chicanas puras y berretas. El reclamo de prohibir el ingreso de empresas contratistas del Estado sigue una línea argumental que los ha llevado a oponerse a todo proyecto de ley del oficialismo por la puerilidad de ponerle un nombre propio hacia quien estaría destinada la normativa: la ley Moreno, la ley Echegaray, la ley Electroingenieria... Ellos, que se llenaron la boca diciendo que este Gobierno estaba acabado, se oponen a estas leyes de avanzada porque se ven inútiles para disputarle el poder político.

Caído el tema de las telefónicas (situación que deja un importante tema a resolver en el futuro inmediato), siguen además rompiendo la paciencia con el plazo de un año para ponerle fin a la situación de posición dominante de los grupos oligopólicos (que en los hechos será de unos meses más, hasta que la autoridad de aplicación defina las condiciones para iniciar el proceso de desconcentración empresaria), aduciendo que además de afectar los "derechos de propiedad" es un plazo demasiado corto. Esa derecha que se babea por tener visa de los EUA, hace oídos sordos a los ejemplos sucedidos en el ombligo del mundo de la "libre empresa" con firmas como Microsoft y AT&T.

Pero para desnudar un poco más su hipocresía, quiero reproducir el artículo 96º del proyecto de la diputada radical (que manera de bastardear la palabra "radical")Silvana Giúdici: "Los servicios de radiodifusión que, a la fecha de la sanción de la presente, no reúnan los requisitos establecidos en esta ley, deberán ajustarse a sus disposiciones en un plazo no mayor a 360 días". Cinco días menos que el proyecto en discusión!

Cuando se acaban los argumentos comienzan a emerger la verdadera figura de estos personeros del poder: "cuando llegó el cuarto intermedio, Sanz y el senador Juan Carlos Marino cruzaron entre gestos amenazantes un para de palabras con el funcionario (del Comfer Luis Lázaro). 'Cuidáte de no ir preso', le habrían dicho los radicales" (Página/12). Esos radicales que inciaron y terminaron su último gobierno asesinando argentinos. Y por si fuera poco le rebanaron las jubilaciones a nuestros viejos para pagarle al FMI...

PS: Que lo de Urqía, Cobos y Jenefes nos sirva de escarmiento...

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