miércoles, 2 de diciembre de 2009

Excitados por el poder. No sea cosa que vuelvan a tropezar con la realidad


En estos días previos a la conformación de la nueva Cámara de Diputados, la oposición y sus patrones se muestran exaltados fantaseando poder concretar, de una buena vez, el asalto final al poder kirchnerista. Da asquito ver juntos al radical Oscar Aguad (alias El Milico), la líder de la Coalición Cívica y próxima jefa de bloque, Pirucha Carrió, a Merluza Solá, su par del Pro, Federico Pinedo, al inexpresivo Eduardo Macaluse, de Solidaridad e Igualdad (SI), al egocéntrico Claudio Lozano (Proyecto Sur), a la bella Donda y al neoecologista Miguel Bonasso (Diálogo por Buenos Aires, quien anteriormente viviera de sus aventuras montoneras).

Amenazan ir por todo (veremos lo que le permite su capacidad...). Hasta fantasearon con reclamar la presidencia de la Cámara "tal como sucedió el 10 de diciembre de 2001". Pero el “tal como…” no fue tan tal.

Luego de las elecciones del 14 de octubre de 2001 la Alianza dejó de ser la primera minoría (ni soñaba ya con las mayorías) y la Cámara de diputados quedó conformada de la siguiente manera: “los justicialistas son 118, los radicales 68, los aristas 17 y 16 frepasistas, aunque divididos en dos grupos de 8 (los que permanecen en la Alianza y los rebeldes, que mantienen buenas relaciones entre sí). El resto de los 257 diputados lo componen un conglomerado de partidos provinciales que se unieron para obtener la vicepresidencia tercera de la Cámara y bloques minoritarios, que incluyen a tres diputados de izquierda", tal como graficaba Mandy Vidal en el Clarín del 10 de diciembre de 2001.

Que se sepa la oposición reaccionaria no ha conformado un bloque único que le permita obtener la primera minoría, por lo que hoy como en el 2001 la conducción de la Cámara le corresponde al peronismo.

Respecto al reclamo de la Vicepresidencia 1º también es una chicana política, ya que una decisión de ese tipo obligaría a (por caso) mearse encima al Presidente de la Cámara durante la sesión, con el fin de evitar alguna maniobra del Vice, en circunstancial ejercicio, que distorsione el sentido de la misma. Y con el grado de resentimiento político opositor no estamos equivocados si sospechamos sobre la capacidad de instrumentar este tipo de maniobras arteras. No Cleto?

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