¿Y para qué vivir, si ya no tienes fe en tu hermano, al que no amas ya? ¡Ya no me digas que se siente! Si no se cambia hoy, no se cambia más... Y tus hijos sabrán, que vendiste tu amor... L. A. Spinetta
Ojala fueran, Lobato no le hace mal a nadie, solo a si misma. La otra es perversa.
Ojala fueran, Lobato no le hace mal a nadie, solo a si misma. La otra es perversa.
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