jueves, 12 de noviembre de 2009

Les guste o no, las estadísticas señalan que las tasas de delito en Argentina son las más bajas de la región


El ministro de Justicia y Seguridad, Julio Alak, aseguró hoy que las tasas del delito en la Argentina "son las mejores de América Latina", dado que el índice de homicidios dolosos es de 5,3 cada 100 mil habitantes cuando "el promedio de América Latina es de 25 por cada 100 mil habitantes".

"Tenemos la segunda tasa más baja en América Latina de delitos dolosos después de Chile", subrayó Alak, quien entendió que, de esta forma, "los números le otorgan a Argentina una situación privilegiada en América Latina", no obstante "una sensación de inseguridad importante más allá de las estadísticas".

"Pese a que las estadísticas son buenas para Argentina, se trabaja irresponsablemente para aumentar la sensación de inseguridad. En ese marco, el tema de la seguridad se usa para lograr raiting y de utiliza también de forma indigna como elemento electoral", advirtió Alak.

Estas declaraciones fueron en el marco de la inauguración del Seminario "Gestión de Políticas de Seguridad Pública. La seguridad desde una perspectiva integral y local", junto Julio Pereyra, intendente de Florencio Varela y titular de la Federación Argentina de Municipios (FAM), organizadora del evento.

Un informe de Naciones Unidas del año 2006 señalaba que el índice de homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes era para Argentina de 7,76. Es decir que desde entonces esa tasa se fue reduciendo hasta alcanzar los actuales 5,3. En la Colombia que mencionan los ricos y famosos la tasa alcanzaba al 55,86 y en Brasil 23,84.

Toda muerte es dolorosa y en particular aquella originada en la violencia delictiva. Todo acto delictivo merece su sanción social y especialmente judicial. La aparición del cadáver de la nieta número 99, Mónica Santucho, torturada y asesinada con sólo 14 añitos, reclama precisamente eso: acabar con la impunidad de un grupo de asesinos que fueron mirados con simpatía por muchos de esos ricos y famosos. A ellos esa inseguridad nunca les preocupó, por qué será? La inseguridad que a ellos les molesta es la de los negritos rateros, esos resentidos que se niegan a ser mansos ante el obsceno espectáculo de la gente de éxito, que no quiere ser molestada por la realidad que ellos mismos ayudaron a construir.

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