lunes, 2 de noviembre de 2009

Y ahora quién podrá ayudarnos????


Leo los siguientes cables informativos...

La epidemia de gripe A que afecta hasta a 13 futbolistas del Betis obligó a suspender el partido del equipo sevillano contra el Villarreal B que se debía disputar mañana en el Ruiz de Lopera, correspondiente a la 10ª jornada de Liga en Segunda División. Es el segundo encuentro aplazado en el deporte profesional en España tras el Estudiantes-Gran Canaria de baloncesto como consecuencia de la enfermedad que también golpeó al conjunto madrileño de la Liga ACB.

En España, la pandemia se está cebando con los niños de entre 5 y 14 años. El número de contagios en este colectivo se ha disparado en la semana del 18 al 24 de octubre hasta alcanzar una tasa de casi 592 casos por cada 100.000 habitantes, es decir, más del triple de la tasa media, según las estimaciones realizadas a partir de la información remitida por la Red de Médicos Centinelas del Sistema Nacional de Salud (SNS).

Una mujer de la región del Niágara se convirtió en la tercera víctima de la gripe H1N1 en la provincia de Ontario en poco más de una semana. Por otra parte, el administrador en jefe de la Salud pública de Canadá, David Butler-Jones, dijo que la demanda por la vacuna contra el virus ha excedido las expectativas. En Alberta, las autoridades de salud informaron que debido a la falta de vacunas, inmunizarían solamente a las personas que se encuentran en más riesgo y no a la población en general, como estaba previsto. En Canadá, el virus AH1N1 ha causado la muerte de 97 personas desde la primavera.

... Y recuerdo un artículo publicado por la “periodista” española Pilar Rahola, en el diario catalán La Vanguardia, titulado “Pánico en Argentina”. Allí, entre otras cosas decía:

Escribo recién llegada a Argentina, donde se percibe una histeria popular con la gripe A. No es de extrañar, si se tiene en cuenta que se han cerrado los teatros, se han cancelado los actos públicos, hay más de 100.000 afectados, y se ha superado la barrera de los 60 muertos.

Preguntada por ello en el prestigioso programa de Marcelo Longobardi en Radio 1 (sic), mi respuesta ha avalado la gestión española de la crisis.

El gabinete Kirchner mintió sobre la dimensión de la crisis sanitaria, mintió tanto, que hoy los argentinos desconfían completamente de su gobierno, y no saben a qué se enfrentan.

Para rematar, en plena crisis, la presidenta se fue de paseo a Honduras, a salvar a los hondureños de sí mismos, haciendo buena la frase que dice que "quien no tiene trabajo, peina el gato". Resultado final: miedo colectivo, crisis turística, desconcierto ciudadano y un gobierno en caída libre. No lo hacen peor porque no se entrenan.

Rahola, que dice ser de izquierda, no sólo ataca al gobierno argentino. Tampoco quiere a Chávez, ni qué decir de Castro y el “mundo islámico”. Sí le gusta defender la política de Israel en los territorios palestinos, como también la equiparación legal de los crímenes de Estado con el accionar guerrillero: “Estela Carlotto me lo dijo de forma descarnada y frontal: ‘tienen que pagar’. En su caso, por una hija muerta y una nieta desaparecida. Difícil cuestión, décadas después. Si no pagan por los crímenes, la impunidad ganará cruelmente la partida. Si pagan, ¿Cómo dejar fuera de la justicia a los que, en nombre de la libertad, también asesinaron? Chile y Uruguay encontraron su camino, atribulado, doloroso y valiente, hacia la reconciliación. Argentina prefiere chapotear en un eterno barrizal”.

Sin duda, una visión condicionada por los pactos a puertas cerradas de la transición española. Qué habrá sentido Rahola por noticias como la que publicara en 2003 el Diario de León: "El Estado español financia desde 1996 la búsqueda y exhumación de los cadáveres de combatientes españoles que cayeron en la Segunda Guerra Mundial formando parte de la División Azul (franquista). Defensa ha gastado ya unos 130.000 euros en la localización y en el acondicionamiento de un cementerio en Novgorod (Rusia). Hasta el 2001, se recuperaron 1.162 cuerpos. Sin embargo, el Gobierno se ha negado hasta el momento a emprender proyectos similares para la exhumación de los españoles asesinados durante la represión Franquista y que se encuentran en fosas comunes".

Recuerdo haber escuchado, en julio pasado, desde Tilcara, a través de una de esas hoy reglamentadas repetidoras de radios de la Ciudad de Bs. As., a un muy indignado Quique Pesoa que leía el citado artículo de Rahola: “Pánico en Argentina”. Entonces lamenté mucho que su indignación no fuera por el trasfondo ideológico de ese artículo y su tilinguería primermundista. No, a contramano de su trayectoria, Pesoa se sumaba a la propaladora del “pánico”. El pánico a la gripe A, el pánico a los montoneros, el pánico a la incautación de depósitos, el pánico a la devaluación, el pánico a la inflación, el pánico a la patota de Moreno, el pánico a las emboscadas, el pánico a la inseguridad, el pánico a los movimientos sociales, el pánico al caos social, …

Miedo. Mucho miedo. Se necesita una sociedad (y para eso la llamada “clase media” está mandada a hacer) aterida por el miedo, por el pánico, para de una vez por todas cambiar el actual estado de cosas. Se necesita una sociedad que grite: Y ahora, quién podrás ayudarnos? Rahola seguro que no. Habrá conseguido barbijo?

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