Se pudo ver claramente su accionar en Venezuela. Los medios privados de comunicación asumieron la ausencia de una fuerza política que pudiera disputarle el poder al gobierno de Hugo Chávez y se pusieron la tarea al hombro. Fueron, en definitiva, los promotores del golpe de Estado y de la salvaje huelga de los directivos de PDVSA. La fabulación y el terror fueron sus principales argumentos.
En Brasil, hasta que quedó confirmado el pase a retiro de Lula, la ofensiva mediática contra el presidente surgido de la clase obrera ni siquiera se privó de hablar de los supuestos niveles de alcoholismo del primer mandatario.
En Bolivia otro tanto, sosteniendo el accionar racista de la oposición de la llamada "media luna". "Hay preocupación sobre la libertad de prensa en Bolivia, por algunas de las acciones más recientes del gobierno para cambiar la Constitución y aplicar algunas restricciones", afirmó el presidente de la SIP, Earl Maucker, en mayo de 2008, en plena campaña por la autonomía-secesión de Santa Cruz.
Qué podemos decir de lo sucedido en Argentina, con anuncios nunca cumplidos de inminentes catástrofes, del default a la nueva emisión de patacones, de la crisis energética al dengue, de la ola de inseguridad a la pandemia de la gripe A, de los piquetes blancos de "la gente" a los piqueteros subhumanos traccionados a choripanes, y así. Qué te pasha Clarín, será la frase de época.
Que esta particular situación no es producto de la casualidad, lo muestran las recientes declaraciones de Rafael Correa en su acto de asunción del segundo mandato presidencial.
"Rafael Correa, presidente de Ecuador, durante la ceremonia de investidura como presidente para un nuevo periodo de cuatro años, ha asegurado que respeta la prensa libre e independiente, pero que hay "excesos" de ciertos medios de comunicación. El presidente ha sugerido tomar medidas de control para frenar esta situación y ha pedido a los gobernantes de la región que apoyen su propuesta. Ante una decena de mandatarios invitados, la mayoría latinoamericanos, Correa dijo que en su país hay empresas informativas que "muchas veces no buscan la libertad de expresión sino, tan solo, la libertad de extorsión y manipulación". "Coincido plenamente con quienes sostienen que la vigencia de la democracia exige medios de información libres, independientes y críticos, pero una cosa es la existencia de medios dotados de esas características y otra muy distinta la suplantación de la opinión pública por los intereses privados" de estas empresas." (El Mundo, España, 11 de agosto).
"El mayor adversario que hemos tenido en estos 31 meses de gobierno ha sido una prensa con un claro rol político, aunque sin ninguna legitimidad democrática", añadió.
Es frecuente encontrar en los medios de comunicación privados de latinoamérica abundantes notas sobre los ataques a la libertad de prensa en estos países mencionados, pero llamativamente (o no tanto...) mucho menos les atormenta lo sucedido con la "libertad de prensa" en la Honduras de los neo golpistas...
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