Que recién en el 2010 tengamos casi solucionado el desastre de endeudamiento que se iniciara con la última dictadura y llegara a su cumbre con el default declarado por el mamarracho de Rodríguez Saá es un claro ejemplo de cuánto cuesta reconstruir lo que se destruye en forma irresponsable e indolente.
De todas formas, seguramente, estudios jurídicos, en los que militan algunos con pasaporte argentino, seguirán asesorando a los fondos buitres que se quedaron con algo de ese casi 8 por ciento y que extrañan a los viejos socios en el gobierno del país.
Otro dato: Reducción de deuda del 75%
Otro dato: Reducción de deuda del 75%
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