En una demostración más de cuan aislados del mundo estamos, la presidenta argentina fue invitada especial y oradora para la clausura del Segundo Congreso Mundial de la Confederación Sindical Internacional (CSI).
Aplaudida en numerosas ocasiones, Cristina Fernández destacó entre otros conceptos:
- Cuando comienza la crisis en mi país empieza a aplicarse esta receta vieja, en donde son los trabajadores los que no fueron invitados a la fiesta, los que no participaron de los festejos pero que finalmente tienen que hacerse cargo de la cuenta de la fiesta de los sectores financieros fundamentalmente que esto fue lo que pasó, en la República Argentina. ¿Cuál fue la receta en aquellos momentos? Exactamente la que hoy se está queriendo aplicar o ya se ha comenzado a aplicar en muchos países de la eurozona.
- No se entiende, no suena razonable que si un país tiene un determinado nivel de endeudamiento, que es por ciento alto, con la relación entre PBI y deuda, si lo obligan a bajar su PBI y su crecimiento pueda pagar un mayor nivel de endeudamiento, suena absolutamente ilógico. Y esto era lo que nosotros sosteníamos, en el año 2003, en una situación muy, pero muy similar a la que viven hoy numerosos países de la eurozona. Sosteníamos la necesidad, primero, de una presencia del Estado, en materia de inversión y de gasto público, que fomentara la demanda agregada, que siguiera dando infraestructura a la economía, y que fundamentalmente también interviniera fuertemente porque está comprobado que el mercado no es un buen asignador de recursos; el mercado puede producir recursos, pero la regulación de su asignación, su contralor y su vigilancia, sobre todo en el sector financiero, son responsabilidades ineludibles por parte del Estado.
- Hemos realizado más de 2 mil convenciones colectivas de trabajo, donde libremente trabajadores y empresarios han negociado sus salarios, del año 2003 a la fecha, como no se había visto desde nunca, salario mínimo, vital y móvil que por cierto estaba en 200 pesos, cuando comenzó el gobierno y hoy está arriba de los 1.500 pesos con importantísimas adecuaciones, aumentos de los haberes y jubilaciones de todo el sector pensionado, que además el Estado ha recuperado el manejo de los recursos de los trabajadores para ponerlos al servicios de los trabajadores y de la economía real, de la que genera trabajo, de la que genera actividad, de la que genera empleo, que es - a mi criterio - la generación de más y mejor empleo la única salida que se pueda ofrecer frente a la crisis global.
- Fuimos - según Naciones Unidas - China y la Argentina los dos países que más medidas de carácter fiscal hemos tomado para hacer frente a la crisis. Por eso quería participar de este encuentro de delegados, no con el ánimo de presentarnos como modelo porque nunca hemos creído en los modelos aplicados o transplantados acrìtica o mecánicamente de una sociedad a otra. Evidentemente hay matices, hay diferencias de matrices productivas, hay diferencias - en fin - que pueden tornar necesarias unas herramientas, en un caso; y herramientas de otra naturaleza, según cuál sea el país. Pero me parece que lo que sí conceptualmente es aplicable urbi et orbi que las políticas de ajuste y colocar a los trabajadores como variable de ajuste y sujeto de castigo, creyendo que de esta manera se remonta la crisis global o la crisis de un país, es una receta absolutamente equivocada, desacertada y a contrapelo de la historia y las propias realidades, que nos ha tocado vivir en distintas partes del mundo.
- Por eso hoy quería estar aquí, junto a ustedes, porque creo que - y esto es lo que vamos a plantear también en el G-20 - creemos necesariamente que se deben seguir sosteniendo las medidas contracíclicas; que las políticas de ajuste no van a hacer más que agravar determinadas situaciones; que se debe acudir a la asistencia de aquellos países que tienen problemas con su deuda soberana; que tomen como ejemplo a la Argentina, a la que en el año 2001 le soltaron la mano, luego de haberla colocado en todas las asambleas del Fondo Monetario Internacional como modelo de la política del Consenso de Washington y neoliberal; que en todo caso nos tomen a nosotros como espejo, como modelo, como conejillo de india casi nos tomaron en aquellos momentos para dar un escarmiento al resto de los países y advertir lo equivocado y lo gravoso de estas políticas y las consecuencias absolutamente negativas que tienen en la economía y fundamentalmente en los pueblos y en las sociedades.
- Muchas gracias, muy buenas tardes, quiero agradecer a Sara (Barrows, presidenta de la Confederación Intersindical Internacional) y a Guy Rider (secretario general de la Confederación Sindical Internacional) por haberme invitado, felicitarlos a todos ustedes y ayudarlos a que junto a sus dirigentes sindicales tengan en su países una postura de defensa irrestricta de los derechos de los trabajadores y de los que menos tienen.
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