Tras el título y la publicación de una tierna foto (¿la madre adoptiva dónde está?), Clarín destaca la contaminación de las muestras obtenidas (¡con la genética de tres personas distintas!) reproduciendo los dichos de la abogada de los jovenes, para quien “esta hipótesis ratificaría la falta de garantías que veníamos denunciando desde hace tiempo.”
La realidad indica todo lo contrario. Fue el Banco Nacional de Datos Genéticos el que detecta la sospechosa contaminación y la comunica. Además, no hubo ninguna manipulación de los datos genéticos, como voceó todo este tiempo el diario, porque ante esta situación irregular el BNDG desecha la muestra.
O sea, lo que para Clarín es manipulación, para la sociedad es garantía de trabajo serio e independiente, palabra acá nunca mejor utilizada, dado el bastardeo que de ella ha relaizado cierto periodismo.
Estoy profundamente indignada con ese asunto. Estábamos contando los minutos para conocer la identidad de estos pibes.
ResponderEliminarMe pregunto si el entorno, los abogados, la gente que prestó su ADN para que no sirvan las muestras... no están cometiendo un delito?
Y por los pibes, ya no siento tanta empatía. Especialmente cuando recuerdo su llanto y la puesta en escena de la vejación a la que fueron sometidos en el allanamiento.
Se nos cagan de risa.