¿Y para qué vivir, si ya no tienes fe en tu hermano, al que no amas ya? ¡Ya no me digas que se siente! Si no se cambia hoy, no se cambia más... Y tus hijos sabrán, que vendiste tu amor... L. A. Spinetta
lunes, 6 de abril de 2009
Entrevista a Carlos Heller
Le cuesta caminar a causa de una artrosis en sus rodillas y a las que debe operar en lo inmediato, y sin embargo y a pesar de ello, Heller tiene una dinámica particular. Llega sonriente y se presta sin titubear a la sesión de fotos. Luego, cuando ya sumergido en la entrevista se refiera a la política, al hombre le cambiará el color de su cara y la pasión lo hará ir hasta el fondo. Sin excusas dirá que en el conflicto del campo “hay una discusión muy trascendente que es el derecho del Estado a apropiarse de parte de la rentabilidad empresaria, ésa es la discusión de fondo”, la cual comparte. Afirma que en ese tema hay “que volver a discutir todo teniendo en cuenta todos los factores y dentro de ellos, las necesidades del conjunto de la sociedad y no las de un sector en particular, que tiene capacidad de generar rentabilidad y esa rentabilidad tiene que servir para mejorar en parte el tema de la distribución de la riqueza”.
Cuando se le pregunta por el fallecido ex presidente Raúl Alfonsín, dice tuvo “una gestión marcada por las contradicciones que no le son imputables sino que tuvieron que ver con la situación en la que tuvo que gobernar”, y que fue “una persona de bien, de convicciones democráticas y honesto, una virtud indudable”.
Afirma que la centroizquierda tiene propuestas claras y termina rematando que para todas las cosas “hay una solución de izquierda y otra de derecha”.
Por Horacio Aranda Gamboa (El Argentino)
Carlos Heller es un hombre que a diferencia de otros políticos está dispuesto a poner contenido a sus acciones y palabras. Considera que la solidaridad es un valor esencial pero en vías de extinción. El viernes pasado, junto a Daniel Filmus del Frente Para la Victoria, formó parte de un encuentro que reunió a dirigentes del arco de centroizquierda de la Ciudad que plantea la inclusión social, la vigencia del rol del Estado y la redistribución de la riqueza.
–¿En qué consiste el documento que presentaron el viernes y cuáles son sus expectativas?
–La idea es tratar de reunir en un espacio común a un conjunto de fuerzas políticas, organizaciones sociales y referentes alrededor de dos ejes centrales; uno que tiene que ver con la visión crítica sobre la gestión del Gobierno de Mauricio Macri, que a nuestro juicio a mostrado que la supuesta profesionalidad y eficiencia en la gestión no era tal. Lo otro, tiene que ver con el debate a nivel país. Nosotros creemos que hay en juego dos proyectos y defendemos uno que tiene que ver con la reivindicación del rol del Estado y la justicia distributiva.
–¿Cuáles son la cosas que le critican a la gestión de Macri?
–Me tengo que poner a pensar porque tendría que encontrar cuáles ha hecho, en la realidad Macri sigue actuando como si fuera un político en campaña y no un jefe de Gobierno. Uno le escucha decir: “Los porteños estamos cansados de los políticos y es hora de que se dejen de hablar y se pongan a hacer cosas”, como si él los representara y los culpables de gobernar fueran otros; si uno le dice “usted tiene problemas con los maestros y por primera vez en 20 años la Ciudad no va a cumplir los 180 días de clase”, él responde “esto es porque se ha politizado el conflicto”. Se victimiza todo el tiempo.
–¿Cree que no quiere dialogar?
–No, sucede que ante la falta de acuerdos sale a decir que “el Gobierno nacional no quiere dialogar”. Ellos llaman diálogo a que se acepten las cosas que ellos plantean.
–¿Piensa que la subejecución del presupuesto es un hecho de ineficiencia o parte de alguna estrategia de gobierno?
–Creo que hay una alta cuota de ineficiencia. Macri durante la campaña decía que llevaba cinco años preparándose para gobernar Buenos Aires pero cuando asumió empezó a improvisar y no hay tema en que no haya habido marcha y contramarcha. Anuncios que se dejan sin efecto, pruebas haciendo cambios en las calles cambiándoles la mano, lo cual muestra que eso era una falacia absoluta. Lo que si tienen es una muy buena agencia de publicidad. Tienen un marketing muy bueno.
–Cuando habla de inclusión social, ¿percibe que el macrismo carece de políticas en ese sentido?
–Efectivamente si uno toma el tema de la villa 31 tiene bien en claro la filosofía de esta gestión. Macri arranca pensando que ese es un lugar de alto valor inmobiliario y que por lo tanto allí debe desarrollarse un proyecto del tipo de Puerto Madero, cuando lo que hay que hacer es reconocer la realidad de un asentamiento donde viven miles de familias y adecuadamente hay que avanzar en la inclusión de esa zona al escenario porteño mejorando las condiciones de habitabilidad. Todos queremos resolver el tema de la inseguridad pero hay una caracterización distinta del fenómeno y por lo tanto de cómo se resuelve. Cuando uno dice que la inseguridad se combate atacando la exclusión social no está diciendo que los pobres son los delincuentes, está diciendo que los ciudadanos excluidos no tienen qué defender y sus valores naturalmente terminan siendo distintos que los del resto de los ciudadanos.
–¿Piensa que la crisis internacional se va a colar en la campaña?
–Cuando alguien me pregunta “¿vos crees que la crisis nos va a golpear?” le respondo “fijate que esa es la primera gran diferencia, todavía estamos discutiendo en que medida nos va a golpear cuando en las crisis anteriores –ninguna de esta magnitud– estábamos discutiendo la magnitud del impacto. Pero eso no significa que estamos blindados, porque nadie lo está. Los gurúes siguen recomendando ir a políticas procíclicas, que la agravan a diferencia de las políticas contracíclicas que tienden a evitar los efectos y entonces, si hay una caída en el comercio internacional la solución debe ser fortalecer el mercado interno. Eso es lo que se juega en las elecciones.
–¿Lo sorprendió el adelantamiento de las elecciones? ¿Coincide?
–Empiezo al revés, lo deseable sería que los calendarios electorales fueran siempre conocidos y no modificables. Una semana antes de que la Nación adelantara sus elecciones uno leía con absoluta normalidad que Macri estaba analizando entre dos posibilidades, desdoblar e ir en junio o unificar para aprovechar el impulso y a nadie le parecía mal. Un buen día Macri dijo “decidí que las elecciones son en junio” y eso tampoco a nadie le pareció extraño, era la decisión de alguien con autonomía para decidir. En esa circunstancia el Gobierno nacional actuó con reflejos rápidos e imaginó que se le quiso armar un escenario de campaña electoral continuo y en medio de la crisis tenés todo exacerbado y a todo el mundo discutiendo.
–En la elección anterior usted fue por Diálogo por Buenos Aires, junto a Ibarra y Bonasso. Ibarra en este momento reniega del FpV, ¿qué sucede con usted en ese sentido?
–Yo justifico la existencia de Diálogo por Buenos Aires, por lo tanto si hoy hay un corrimiento es de esa proposición original fundacional. De cualquier manera nosotros y yo personalmente mantengo diálogo con Ibarra. No hemos decidido que ese espacio deje de existir, tenemos diferencias y estamos viendo si somos capaces de saldarlas. Nuestra vocación es llegar a un acuerdo y tener una representación política unificada.
–¿Qué le puede aportar su partido y su figura a ese posible armado?
–Mi partido es nuevo y tiene una conformación de fuerte inserción en los sectores medios de la sociedad y yo puedo decir que soy una persona de enorme experiencia en la gestión y que no ocupó nunca un cargo en la estructura del Estado y creo tener una trayectoria de manejo de lo público en Credicoop con transparencia, eficiencia y participación.
–Su campaña hace eje en que usted resiste cualquier archivo. ¿Quién es Carlos Heller?
–Es difícil hablar de uno, me considero una buena persona, muy amiga de los amigos, muy solidaria. Si usted toma el ejemplo del equipo de dirección que tenemos en el banco, todos empezaron a trabajar hace 20 o 30 años y son solidarios entre sí. Creo que mi conducta ha influido mucho. Siempre digo que puedo soportar no sólo un archivo sino un análisis de mi manifestación de bienes y si alguien me encuentra algo, no sólo lo dono sino que me borro de todos lados. Haber trabajado en la conducción de una empresa financiera, haber estado en los lugares que he estado y mostrar que no me he contaminado y que no soy contaminable, creo que es un enorme atributo en una sociedad que reclama esos valores.
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