Ayer al mediodía se encontraron en la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba) el presidente anfitrión, Jorge Brito; el de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, Adelmo Gabbi; el vice de Confederaciones Rurales Argentinas, Néstor Roulet; de la Cámara Argentina de Comercio, Eduardo Eurnekian; de la Construcción, Carlos Wagner; de la Sociedad Rural Argentina, Hugo Biolcati, y de la Unión Industrial Argentina, Héctor Méndez. El objetivo, reflotar el bloque corporativo del poder económico, que como bien dice el diario La Capital (Rosario) se trata de “una instancia tradicional de lobby que tuvo mucho peso a fines del siglo pasado, fundamentalmente en las vísperas de la caída del gobierno de Fernando de la Rúa”. Página 12 nos recuerda que “como grupo de presión tuvieron su época de esplendor en la última mitad del gobierno de Raúl Alfonsín, en una instancia de turbulencias económicas. Durante la administración Menem no necesitaron convocarse porque comulgaban con la política económica”.
La preocupación por el posicionamiento del Estado en los directorios de algunas empresas (vía ANSES) acercó, entre otros motivos ya comentados en este blog, posiciones con los empresarios rurales. El poder económico se agrupa.
En forma paralela, un grupo de ex secretarios de Energía conformado por Jorge Lapeña, Daniel Montamat, Emilio Apud, Enrique Devoto, Roberto Echarte, Julio Aráoz, Raúl Olocco y Alieto Guadagni, todos ellos funcionarios de los gobiernos de Raúl Alfonsín, Carlos Menem, Fernando de la Rúa y Eduardo Duhalde, se juntaron para anunciar, una vez más, que vamos directo a una crisis energética: “la Argentina se encamina hacia la pérdida del autoabastecimiento energético que exhibe desde hace casi dos décadas, hecho que de concretarse debilitará significativamente los saldos de la balanza comercial”. Patético. “Desde hace casi dos décadas” que fueron ellos quienes manejaron la política energética que culminó con la privatización de los servicios, el ajuste de las tarifas por la inflación de los EUA, la paralización del proyecto nuclear y una larga lista de etcéteras.
Para el ex subsecretario de Combustibles, Gustavo Callejas, “el documento no dice nada respecto a que lo que fracasó es el modelo de mercado. El modelo es lo que produjo esto. La desinversión viene de los ’90”, dijo (en declaraciones levantadas por Telam) y agregó que el texto “señala los males, pero no por qué pasó”. “No creo que se trate de un olvido: este informe pareciera una jugada de los muchachos (los empresarios) petroleros”, concluyó.
Pero a quien se la dejaron picando fue al propio cuestionado, el ministro Julio De Vido. De Lapeña recordó el programa de cortes de energía programados para recortar demanda ante la salida de funcione s de Embalse en 1988.
De Julio César Aráoz, recordó que estuvo muy pocos meses, los suficientes para rebajar por resolución de la Secretaría de Energía las regalías petroleras que cobran las provincias (de 12 a 8%), lo cual le costó a la Nación y a las empresas juicios que después las provincias terminaron ganando y Menem le dio el olivo.
Respecto a la gestión de Alieto Guadagni, De Vido recordó que “quitó a las provincias patagónicas los subsidios al gas, lo que hubiera obligado a que muchos hogares tuvieran que pagar facturaciones siderales”.
En fin, que "cuando ellos estuvieron al frente de sus carteras tuvieron una gran suma de fracasos; evidentemente sus críticas de ninguna manera son pertinentes", remarcó el ministro. Y remató: "ni hablar de cómo entregaron en 1989 YPF con 300 millones de dólares de pérdida; el doctor Menem recibió así a la única petrolera del mundo que perdía plata". Y ya que estamos la rifó a los españoles (agregaría yo...)
Los poderes fácticos están en marcha...
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